Claudio Palma tenía 17 años en 1986 y era alumno del Liceo 114 de Puente Alto. Cada tarde al salir de clases, se quedaba pegado durante minutos mirando el auto de uno de los profesores. "Era un profe de matemáticas de apellido Sánchez. Nunca me hizo clases, pero Io cachaba por el auto, un Toyota Celica amarillo. Me enamoré y dije que algún día iba a tener ese auto", recuerda el relator de TNT Sports.
Su sueño se concretó hace tres años. "El tiempo pasó, pero siempre me quedó la idea. Me gustaba el modelo, era deportivo y chiquitito, además que estaban de moda los "Dukes of Hazzard". Me metí a grupos de Facebook de Celicas, fui preguntando hasta que di con uno. Me lo vendió un gendarme en Negrete, Concepción, en dos millones de pesos, pero me dijo que no podía ir manejando a Santiago porque el motor estaba malo. Ahí partieron los problemas", dice.
Felipe, el hijo de Palma, es fanático de los programas de restauración de automóviles y le traspasó ese gustito al padre. Se pusieron manos a la obra hasta dejar el Toyota Celica del año 77 impecable. "En términos generales estaba bien cuando lo compré, pero igual había que meterle mucha plata. Nunca pensé que sería tanta: deben ser como $9.000.000 en tres años. Le arreglamos el motor, amortiguadores, lo mandé a un taller de restauración para la pintura durante seis meses. También encontramos los asientos originales y los mandamos a tapizar. Ahí me bajó una sensación de que estaba tan lindo el auto y si le pego un tortazo en la calle significa volver a empezar y comprar las piezas de nuevo", explica Palma.
Luego de tres meses de debate interno, se decidió. El domingo por la noche publicó en su cuenta de Instagram una foto junto al vehículo. "Tengo que desprenderme de mi joyita". Su compañero de transmisiones Juvenal Olmos fue el primero en contestar: "¿Nooo, el demonio rojo?".
-¿Por qué se sorprendió tanto Juvenal, Claudio?
-Jajajá porque cuando me lo compré le conté a medio mundo. Estaba cumpliendo mi sueño. El problema con el Celica es que lo quería manejar, no dejarlo parado. Ahora lo tengo en la casa de mi mamá y le molesta para regar el patio. Y, por otro lado, igual es riesgoso para usar en el día a día. Es un auto del año 77, no tiene airbaig ni aire acondicionado.
-¿Recuerda alguna arrancada memorable en su Celica?
-Una vez fui al Cajón del Maipo y anduvo impecable. También es divertida la reacción que produce en la calle. En 10 de Julio todos se acercan, dicen que está bonito.
-¿Algún consejo para alguien que le gusten los autos antiguos?
-Uno se entusiasma con el auto que le gustaba a los 17 años y cree que puede salir más barato, pero no es así. Me duele el alma venderlo, pero no Io estoy usando.
-¿En cuánto lo vende?
-Prefiero no decirlo, pero no es caro.
1 comentarios:
Que dija el precio