Como buen estudiante ansioso, Jorge "Kike" Acuña viajó el domingo a Santiago para dar la última repasada a la presentación de su defensa de título que dio por Zoom este lunes a las 10 de la mañana. A pesar de la formalidad de la situación, se rehusó a usar camisa. Así que vestido con traje azul y polera piqué, recibió la noticia: se había sacado un 6,7, lo que lo convirtió oficialmente en director técnico de fútbol. Tras la defensa, fue al INAF para retirar su certificado.
Actualmente es ayudante técnico de San Felipe y espera iniciar pronto su carrera en algún equipo de la Primera B o Segunda División. Tiene toda la fe y su carrera cuenta con una empleabilidad de 57,3% al primer año de egresado, así que tiene chance.
"Dormí muy poco y me desperté muy temprano a repasar porque estaba muy nervioso y ansioso. Defendí y tras dar la prueba me puse a llorar. Se me cayeron las lágrimas de emoción, de orgullo de mí mismo. Mis profesores, Waldo Balaguer, Julio Rodríguez y Eduardo Norambuena, estaban muy felices porque saben todo lo que me costó al principio y sabían que era un logro muy importante el haber llegado a presentar mi portafolio final", cuenta Acuña.
-¿Por qué tanta emoción?
-Después de que nacieron mis hijos y cumplí el sueño de ser futbolista, logré lo tercero más importante para mí en toda mi vida. Amo el fútbol y quería tener el título para poder estar dentro de una cancha. Además, cuando empecé el curso, hace tres años, hubo mucha gente que pensaba que no lo iba a lograr. En ese momento aún no cambiaba mi vida, pero desde 2019 soy otra persona y me empezó a salir todo bien. Entonces, si bien no es un tapa boca, puedo decir que le doblé la mano al destino y sigo haciendo realidad mis sueños a punta de esfuerzo.
-¿Cómo evalúa estos años de estudio?
-Fueron tres años complicados, sobre todo el primero, porque nunca fui bueno para los estudios y había estado mucho tiempo sin estudiar. Además que tampoco estaba tan convencido de que lo iba a lograr, pero desde el segundo año se me hizo más fácil. Comencé a sentarme adelante, porque soy medio desconcentrado y así podía tomar más atención, pero todo salió bien al final.
-¿Era el desordenado del curso?
-Sí, me gusta mucho tirar la talla y cuando era presencial el día lunes era como una terapia, el poder estar y compartir con compañeros en el camarín de Quilín. Era como volver a estar en un equipo de fútbol y me sirvió mucho.
-Si era inquieto imagino que fue difícil estudiar todo un año frente al computador.
-Estos dos últimos semestres fueron complicados, no pudimos compartir en una sala y pese a que igual tirábamos la talla, pero por Zoom se escuchaba todo y había que tener más cuidado a la hora de lesear porque cachaban al tiro que era yo y no podía echarle la culpa a alguien más, como lo hacía en la sala.
-¿Y la celebración, Kike?
-Este martes viajamos con San Felipe a Chillán para jugar con Ñublense, así que estoy enfocado en eso. Cuando salga de vacaciones quiero ir a Tongoy a celebrar comiendo mariscos con mi padre, Jorge. y mi hermano, Daniel. Mi tío Freddy, que me ha apoyado en todas, es el más feliz y ya andaba celebrando en mi nombre. Ahora se iba a juntar con mi papá para celebrar. Luego podré festejar con ellos.