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Cómo es el proyecto de ley que facilita el control de acceso y cierre de calles y pasajes

Este lunes la comisión de Gobierno Interior de la Cámara de Diputados comenzó el debate del proyecto de ley que permite el cierre de pasajes, flexibilizando la actual ley NO 18.695 Orgánica Constitucional de Municipalidades, "en materia de cierre o instalación de medidas de control de acceso en calles, pasajes o conjuntos habitacionales por motivos de seguridad".

Al hablar de controles de acceso el proyecto permite la contratación de guardias, instalación de casetas, conos, barreras para restricción del paso de vehículos u otras medidas de control de acceso, "según las posibilidades de cada comunidad de vecinos", como afirma el autor del proyecto, el diputado RN Gonzalo Fuenzalida. Sobre la colocación de rejas, solo se faculta en los llamados pasajes sin salida, y en los que no tienen esa condición, la reja nunca deberá impedir el libre tránsito de vecinos y vehículos de emergencia.

Autorización de cierre

Actualmente la autorización de cierre o control en el acceso de calles y pasajes se hace mediante acuerdo del Concejo Municipal, con una ordenanza municipal (orden dictada por el alcalde con acuerdo de los concejales). Pero en la práctica los vecinos instalan rejas o controles de acceso en pasajes sin pedir permiso; con esta ley en trámite, "se está normalizando algo que ya ocurre de facto", opina el urbanista Iván Poduje.

Requisitos actuales

Para que la municipalidad autorice el cierre de un pasaje se debe cumplir con lo siguiente: en una calle o pasaje de entrada y salida única ("sin salida"), se debe obtener el acuerdo de al menos del 90% de los propietarios del pasaje, hay que conseguir un informe de unidades edilicias (dirección de Obras Municipales), Bomberos y Carabineros, no debe tratarse de una ciudad declarada patrimonio de la humanidad (como Valparaíso), ni tampoco de calles, pasajes, barrios o conjuntos declarados patrimonio arquitectónico o que sirvan de acceso a éstos o a monumentos nacionales. Si el cierre es autorizado, el permiso es transitorio (5 años) y es revocable (si lo pide al menos el 50% de los vecinos).

Problemas

Según lo anterior, Fuenzalida explica que "existe un conjunto amplio de cortapisas que hacen que la medida sea poco o nada aplicable. Por ejemplo, se prohíbe cierres en calles de doble entrada y salida (calles regulares), pese a que puede haber muchas de estas que presentan escaso o nulo tránsito público, y enfrentan problemas de seguridad".

Los cambios del proyecto

Las mejoras a la ley que se empezaron a tramitar, según Fuenzalida, flexibilizan la norma en dos puntos: 1 .Bajar el quórum al 70% de propietarios para autorizar el cierre de una calle o pasaje y 2 . Eliminar el requisito de una ordenanza municipal. "El 70% de los vecinos (propietarios) ya es un quórum aceptable. También, al eliminar el requisito de la ordenanza municipal, reduce la burocracia y solo bastará con la autorización de la mayoría del concejo municipal".

50 metros

Según su redacción del texto, la norma permitirá"establecer medidas de control de acceso a vías locales de más de un acceso y salida, siempre que su extensión no supere los 50 metros, y en le medida que no se limite de forma alguna el tránsito peatonal. De esta manera se concilian el libre transito de personas con el derecho de los ciudadanos a proveerse de condiciones de mayor seguridad en sus hogares".

Pasaje y calle: diferencias

El arquitecto y magíster en desarrollo urbano de la UC, Iván Poduje, aporta una definición útil para entender el paisaje urbano de nuestras ciudades. Indistintamente se habla de cierre de calles y pasajes, pero entre ambos, hay diferencias. "El pasaje se constituye de un número acotado de viviendas, generalmente no tiene salida y es de uso prioritario para sus habitantes. Una calle es una vía de circulación de paso (tránsito peatonal y vehicular) usada por residente y no residentes". El arquitecto y profesor de la U. Mayor, Gerardo Ureta, agrega. "Una calle tiene límite de velocidad máxima (en zona urbana) para vehículos de 50 kilómetros por hora, un pasaje de 20 km/hora". Ureta agrega que "vivir encerrado es pésimo para la convivencia urbana y mental, pero son soluciones frente a la falta de seguridad de los vecinos. Por falta de recursos los municipios optan por lo más fácil".

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