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Marlen Olivari se recupera en Viña del Mar

El 15 de octubre pasado, la ciudadana Marlen Olivari (46 años) entró a pabellón en la Clínica Indisa de Santiago. Todo fue por su rodilla derecha. Tras una caída sufrida en julio se había roto el ligamento cruzado anterior, lesión que le incomodaba para caminar y cuyo único destino resultó ser una cirugía que reconstruyera los tejidos dañados. A un mes de eso, la ex modelo y actual aspirante a la alcaldía de Viña del Mar, se transporta generalmente en muletas.

"Durante las 2 primeras semanas estuve en reposo y luego he andado con muletas, no me ha quedado otra", comenta desde su residencia la antigua coanimadora de "Morandé con compañía", quien ha tenido en este periodo varias actividades con su fundación homónima de ayuda social.

-¿Qué tal se lleva con las muletas?
-Debo reconocer que me costó muchísimo acostumbrarme a las muletas. También uso silla de ruedas a veces, dependiendo de la actividad. Tengo a mano ambas alternativas, pero los bastones ortopédicos como también se llaman, son un tema complejo, los encuentro prácticos para usarlos en tramos cortos, pero si hay que desplazarse más es mejor la silla de todas maneras. Los bastones cansan bastante y hay que tener cuidado con el piso mojado o resbaloso por las caídas.

Con sesiones kinesiológicas día por medio en Sports, centro de medicina deportiva ubicado en Viña del Mar, Marlen está recuperándose de acuerdo con los tiempos planteados. "Su recuperación va muy bien, lo ideal es que en este tipo de procesos los pacientes estén 8 semanas sin apoyar el pie, y ella ha sido muy responsable en ese sentido", comenta Enzo Fontana, kinesiólogo a cargo del proceso protagonizado por la política latente, que según lo planificado, podría andar sin muletas desde el próximo mes.

"Igual no tengo apuro en dejar los bastones. Cuando tenga que hacerlo por instrucción médica y me sienta realmente preparada lo haré", interviene otra vez Marlen, quien a todo es además estudiante universitaria en pleno final de semestre (desde marzo estudia Derecho vía remota en la Universidad de las Américas). "En mi universidad estoy terminando el año académico y estamos con cátedras y exámenes", complementa.

-¿Ha tenido ayuda?
-Mi pareja, Luciano (Marocchino), y mi hijo Lorenzo (9) se han portado un 7 conmigo. La verdad me saco el sombrero de lo proactivos (que son) y en casa se han organizado muy bien ambos para atender a mamá. Ellos participan en todo: en la cocina, preparan desayuno, me sirven café y me lo llevan a mi escritorio, su pancito tostado y fruta. Les dan comida y cambian el agua a los gatitos. Lorenzo ordena solito su ropa, participa en ordenar la casa.

"Uno hace lo que puede para hacerle más fácil la vida a Marlen", manifiesta Luciano Marocchino, el hombre aludido. "Ella es una gran dueña de casa, pero en estas condiciones tiene que enfocarse en su recuperación y en sus clases, ahí entramos nosotros, asistiendo y tratando de ser una ayuda", cierra.

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