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Richard Zambrano

"Me tuve que construir una casa con segundo piso para poder encontrar señal para el celular. Es más fácil poder comunicarse a través de los llamados por WhatsApp que por la señal de telefonía", bromea Richard Zambrano. El ex goleador, que defendiera, entre tantos clubes, a Unión Española, Universidad de Chile y Colo Colo, se instaló en su querida comuna de Laja, donde vive con sus padres Luis y Rina.

Justo había estado de viaje en Chile, de vacaciones, cuando decidió quedarse en el sur. "Estaba hace cuatro años en México con unas escuelas de fútbol en Celaya. Vine de vacaciones y con esto de la pandemia me quedé en Laja y es difícil que me vuelva a México. Todavía están las escuelas de fútbol, pero está complicado viajar y por eso comencé a instalarme acá. Estoy a 12 kilómetros del centro. Vivo prácticamente en la orilla del río", sostiene Zambrano, que comenzó su carrera precisamente en Deportes Laja y después defendió la camiseta de Fernández de Vial, donde se convirtió en el goleador histórico del club en torneos de Primera con 29 tantos.

El ex atacante, que se luciera anotándole dos goles a Brasil en la Copa América de 1993, sostiene que igual tiene las puertas abiertas en México. "Me llamaron hace unos días desde Santos Laguna para poder hacer unas escuelas de futbol. Ahí lo voy a analizar porque estoy feliz de estar de vuelta en Chile. Acá puedo estar con mis hijos y con mis papás", sostiene Zambrano, quien, a sus 53 años, ya es abuelo de la pequeña Ámbar, hija de Carolina, la heredera mayor del futbolista, quien siempre fue hincha de Universidad de Chile. Sin embargo, los únicos títulos que tiene son con la camiseta de Colo Colo.

"Uno es profesional y por eso jugué en Colo Colo. Fíjate que ahí hice muy buenas amistades. Siempre me invitan a los partidos de los viejos. Así que, cuando se da la oportunidad, participamos de alguna pichanga. Siempre fui hincha de la U. De hecho, soy el que le dio el primer triunfo a Universidad de Chile en el estadio Monumental en 1993. ¿Si recuerdo ese gol? Claro, cómo no me voy a acordar: tiro libre de Mariano Puyol que da en el palo, yo la agarro de primera y le marco al Rambo Ramírez. Con el flaco David Gómez, hace unos días, revivimos esa celebración después de 27 años", dice Zambrano, quien fue tratado como "mercenario" por el entonces presidente de la Corfuch, René Orozco.

Luego de su retiro de las canchas, en Fernández Vial, Zambrano tuvo un complejo deportivo en Los Ángeles. Después se presentó a concejal en las elecciones municipales de 2012, pero no le fue bien. Entremedio, fue acusado de receptación de unas puertas, situación que quedó aclarada. "En ese tiempo yo tenía una bodega que le pasé a una persona en mi complejo, pero no tenía idea de lo que estaba pasando. Pero ese tema ya quedó atrás", comenta.

-¿Por eso decide partir a Celaya en 2016?
-Se me presentó la oportunidad de viajar a México para estar en las escuelas de fútbol y sacar talentos para Celaya. El tema iba bien y todavía tengo las canchas allá, pero estoy pensando en quedarme acá. Ya me construí una casa a las orillas del río Laja. Me siento feliz porque estoy con mi familia.

-¿Tiene una buena situación económica?
-O sea, tengo para estar tranquilo. Uno obviamente que invirtió en propiedades, así que no me puedo quejar. Tengo para vivir tranquilo, aunque siempre he sido de esos que, cuando se le viene algo a la cabeza, lo hace.

-¿Cómo qué cosas?
-A mí siempre me ha encantado conducir, es mi pasión. Cuando jugaba en Santiago de inmediato me iba al sur. En México también después de los partidos me daban ganas de viajar, tomaba mis cosas y partía nomás. En eso no hay problemas. Hice un recorrido por casi toda Sudamérica en auto. Fui a Paraguay, Brasil, Argentina. Todo por tierra. Siempre he sido patiperro, por eso mismo estoy solo.

-¿Cómo es eso de solo?
-Soltero. A mí siempre me gustó la soledad. Tengo tres preciosos hijos y los disfruto al máximo, pero ahora estoy tranquilo. Si tengo ganas de darme una vuelta a Puerto Montt, lo hago. Por eso digo que me gusta la soledad. Estuve casado muchos años y ahí llegaron Carolina (30 años, madre de su nieta Ámbar) y Richard, que nació en México. Él hizo las inferiores en Unión Española y, cuando tuvimos la oportunidad de llevarlo a México, su mamá no quiso dar la autorización para que saliera del país. Después estuvo en varios equipos pero no siguió jugando.

-¿Y Cristóbal?
-Cristóbal llegó después. Ahora tiene 12 años y también quiere jugar a la pelota. Está en las inferiores de Universidad de Concepción. Veremos qué pasará. En ese sentido no hay que meterle presión, sobre todo cuando son niños. Por ahora estoy haciendo mi complejo acá en Laja para que los niños puedan tener buenas instalaciones para practicar deporte. Estoy haciendo canchas de futbolito, piscina, tobogán y otras cosas.

-¿Eso quiere decir que se va a quedar entonces?
-Pienso que sí, aunque, como soy patiperro, todavía tengo mis temas en México, aunque estoy feliz acá. Me junto con varios amigos ex futbolistas y, cuando quiero, me pego un viaje a algún lugar sin tener que estar amarrado a algo. Por eso que no quise ser técnico. Eso me iba a privar de hacer estas cosas que me gustan. Imagínate estar concentrado los fines de semana. Eso igual te cansa. Además que siempre fui un tipo más jovial, alegre. Era de los que siempre ponía música.

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