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Johnny Herrera cuida sus arrendatarios

Johnny Herrera tenía 18 años y no recuerda bien si ganaba $700.000 u $800.000 como arquero en el Club de la Universidad de Chile. Buscaba un departamento para arrendar, pero el gerente de finanzas de los azules de ese entonces, Nelson Bustamante, se enteró y le recomendó que comprara un bien raíz. Incluso le ofreció que el club le hiciera un préstamo para dar el pie.

"La verdad es que le voy a agradecer toda la vida a Nelson por haberme hecho emprender en departamentos. Después empecé a observar más y aprendí lo que era pedir un crédito hipotecario o un crédito de consumo (...) Y de ahí para adelante siempre estuve atento a invertir", cuenta.

-¿Y actualmente usted administra sus departamentos?
-No. Gracias a Dios me fue relativamente bien en el fútbol y me di cuenta de que tenía harto crédito en los bancos. Y obviamente me aproveché de la situación y pedí créditos hipotecarios. Hice varias inversiones de compras de departamentos y, como eran varios, no podía administrarlos yo solamente. Al principio sí lo hice yo, pero después no tenía tiempo. Trabajo con Pilar (su corredora). Ella se encarga 100% de la administración de algunos de ellos y nunca me han quedado debiendo un peso. Y tengo otras propiedades que se las arriendo a amigos, sin contrato, por la buena onda prácticamente.

-¿Siempre ha tenido buenas experiencias arrendando?
-Sí, súper, pero ha sido gracias a Pilar más que nada. Alguna vez me dejaron un departamento medio feo, pero es "parte de". Uno tiene que estar dispuesto a que no todos los arrendatarios van a ser un ejemplo. Siempre nuestro foco fue apuntar a los estudiantes, a los que venían de regiones a Santiago, por eso compraba cerca del metro. El promedio de tiempo que ellos se quedan es de cinco años y eso es bueno porque estar cambiando de arrendatario es incómodo.

Como a todo el mundo, a los arrendatarios de Johnny la pandemia también les afectó.

"Obviamente había gente que no podía pagar, pero hablé con Pilar y le dije que les hiciera llegar un mensaje: que el que no podía pagar, lo hiciera cuando pudiera y, que si no podían, bueno mala suerte nomás (o sea que no le pagaran). Y hubo gente que me quedó debiendo, pero con el correr del tiempo prácticamente todos se pusieron al día. Es súper entendible, pero es primera vez que me pasa en 1 5 0 casi 20 años", cuenta.

-Tuvo suerte, entonces.
-Tuve suerte, y también creo que es porque le arriendo a gente responsable. Además, yo no subo el precio, tengo arrendatarios que son los mismos desde hace diez años y no les he subido ni un solo peso, entonces ellos también valoran eso. Por lo general los precios se suben de acuerdo al IPC, pero en mi caso mantengo los precios y eso también ayuda a que la gente esté tranquila y feliz donde está arrendando.

-¿Y ha tenido alguna mala experiencia al comprar?
-Sí, una vez compramos un departamento más o menos alto (piso 30) y estaba al lado de las calderas. Se rompió una de las calderas y nos inundó todo el departamento y hubo que hacerlo de nuevo prácticamente, pero ahí había seguros y fue más el mal rato que se llevó la arrendataria. Fue una lata, ella se terminó yendo. Creo que salieron hasta cucarachas.

-¿Y no lo vendió después de eso?
-Lo quería vender porque era el medio cacho, pero al final lo dejé ahí nomás, se arregló el problema y llegó otra persona a arrendarlo. Por eso no hay que comprar cerca de las calderas. Y en los departamentos de los últimos pisos siempre hay problemas de filtración y eso es una lata enorme.

El arquero cuenta que, por consejo de su corredora, pide doble garantía, es decir documentar los meses de arriendo que estipula el contrato.

-¿Entonces no pide aval?
-No, porque si ya tienes el respaldo anual, no es necesario el aval. Sólo la documentación por el tiempo que dura el contrato, que se renueva cada año.

-¿En qué se fija a la hora de elegir un departamento?
-Depende de la oferta, pero trato de no comprar ni en el primer ni en el segundo ni en el tercer piso, porque generalmente en esos pisos corres más riesgos de que se te metan a robar. Casi siempre compro desde el cuarto y hasta el séptimo piso. Porque hay gente a la que le gusta subir escaleras... Además, cuando son muy altos los edificios, se demoran mucho los ascensores y eso a mucha gente no le gusta por el tráfico que se produce en el ascensor. Entonces, hay varios detallitos que hay que tener en cuenta al comprar porque ayudan a arrendarlos más rápido.

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