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Andrés Caniulef terminó su tratamiento de rehabilitación
El 21 de agosto fue la graduación de Andrés Caniulef (43 años) de la Clínica de Rehabilitación Crea Chile. La ceremonia debería haber sido en mayo, en un teatro y con sus papás y hermanas como invitados presenciales. Por la pandemia fue a puertas cerradas y transmitida vía Zoom a los familiares. El periodista animó la actividad, en la que se graduaron 81 pacientes más. "Salió todo muy bonito. Me entregaron la carta que acredita que terminó mi proceso de rehabilitación", cuenta.

Caniulef terminó el tratamiento para superar su adicción a las drogas el 23 de abril, luego de estar un año internado en Crea Chile. Él se podía haber ido ese día, prefirió seguir en el centro médico. "Estaba en la disyuntiva de volver a la casa de mis papás sin ninguna opción laboral cuando el director (Jorge Olivares) me propuso que me quedara. Me dijo que era un período de mucha incertidumbre y estrés mundial y que me sentiría más protegido. Me ofreció que hiciera trabajos administrativos. Los primeros pasos de cualquier persona que se rehabilita siempre son más dubitativos", comenta el periodista (@Caniulefandres en Instagram).

Andrés sigue viviendo en Crea Chile: "En la comunidad terapéutica atiendo los llamados de las personas que quieren internarse, les explico el trabajo que se hace en el hogar y converso con sus familiares. Cuando llegan les respondo sus inquietudes. Lamentablemente, en este tiempo ha aumentado la adicción a las drogas y el alcohol".

Por la cuarentena la clínica cerró sus puertas durante seis meses. "Siguiendo las normas sanitarias, nadie podía entrar ni salir del hogar", relata Caniulef, que este fin de semana pudo volver a la calle por unas horas: visitó a sus papás y se cortó el pelo en una peluquería de Providencia. "Fue difícil. Mis papás (75 años) se contagiaron de Covid-19 en julio. A mi mamá le dio leve, mi papá se complicó y estuvo 10 días internado en el Hospital de la Fach. En el centro me contuvieron bien y mis hermanas me informaban su estado. Fue un momento de acercamiento familiar importante. Ahora puedo decir que lo recuerdo con gratitud", dice.

-¿Cómo se siente ahora?
-Bien. Fui afortunado de pasar lo peor de la pandemia en el hogar. Hoy veo la vida de manera más simple. Me quité pesos de encima, como el que dirán y la presión del consumismo económico. No me complica golpear puertas para pedir trabajo. No aspiro a ganar ni tener el mismo protagonismo que antes, porque tener trabajo ya es suficiente para mí. En estricto rigor sigo en tratamiento por cinco años más. Cuando deje la clínica tendré que volver una vez al mes como una medida de autocuidado. Y en caso de cualquier problema puedo ir antes. Yo me siento bastante fuerte.

-¿Ha echado de menos la vida de antes?
-No, pero la vida del adicto va muy de la mano con los destellos del pasado. Yo espero que cuando esté afuera siga recordando que lo pasé mal y no vuelva a caer. No puedo tomar alcohol nunca más en mi vida, porque su consumo llama al consumo de drogas.

-Este sábado, reapareció mediáticamente en la campaña de la Fundación Emilia.
-Creo que como comunicador debo ayudar a tomar consciencia del problema del alcohol y las drogas. Me gustó la campaña de la Fundación Emilia (@fundacionemilia en Instagram). Como adicto le hice mucho daño a gente muy querida como mis papás, mis amigos y mi pareja de ese momento. Estaba tan ensimismado que no me daba cuenta. Un amigo una vez me dijo una frase que me caló muy hondo: "En esa época era muy difícil ser tu amigo". Porque claramente era una etapa muy complicada. Pero ya me sané, me perdoné y entendí lo que me pasó. Ahora estoy retomando el contacto con mis amigos, porque estuve meses sin poder hablarles.

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