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Von Mühlenbrock muestra el delicioso resultado de su huerta
En su parcela de casi 5 mil metros cuadrados en Peñalolén, el chef Carlo von Mühlenbrock está en pleno proceso de producción de vegetales de invierno: acelgas de tallo amarillo y amarillo, rúcula, repollo blanco, mostaza, entre otros productos. "Es harta la pega que exige, pero para mí es un lujo la oportunidad de estar ligado a la tierra. Lo disfruto mucho", menciona el cocinero que, según cuenta, le dedica un tercio de su día a las labores de cualquier hombre de campo. De hecho, justo antes de responder para esta nota, había estado podando sus árboles. Estas labores lo han acercado aún más a sus tres hijos menores, que tienen 14, 15 y 18 años.

Explica que las especies antes nombradas se dan bastante bien durante el invierno, pero depende de preparar buena tierra abonada y tapar los vegetales de las heladas que pueden quemar parte de sus hojas. "En el lugar donde planté estas especies antes tuve choclos y porotos verdes. Le dimos un riego menor que en otras estaciones: cada 4 días", dice el chef. "Es muy importante tener buena tierra. Como yo tengo gallinas, mezclo su guano con hojas de árboles. Cuando uno tiene una parcela, debe hacerlas todas. El otro día se me arrancó un pavo y tuve que salir a buscarlo a la casa de los vecinos", relata.

A las personas interesadas en los cultivos, recomienda concentrarse desde ahora al 18 de septiembre en "la huerta de primavera", que traerá luego de un tiempo apetitosos tomates, zapallos y ají verde. Aún para aquellos que viven en departamentos, sostiene que se puede aprovechar el poco espacio y recomienda comprar almácigos para asegurar el crecimiento de los cultivos. Los consejos los comparte en su cuenta de Instagram @Carlococinachile, que cuenta con 243 mil seguidores.

El cocinero desarrolla lo que llama "soberanía alimentaria", que implica que las personas produzcan parte de sus comidas y entren en contacto con la tierra con toda la dedicación que requiere. "Promovemos los pequeños cultivos en plazas para que la gente mantenga el vínculo con la tierra. Ya funciona uno con grandes resultados en Santa Isabel con San Isidro, en pleno centro", señala.

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