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Un tatuaje en forma de varios triángulos se asoma en su brazo derecho cuando levanta la manga de su camisa, "es una runa antigua, es algo que nos hicimos juntos con mi señora y significa pasado, presente y futuro", dice el recién asumido ministro Secretario General de Gobierno, Jaime Bellolio, mientras toma asiento en una mesa redonda ubicada en su nueva oficina de La Moneda una hora antes de partir al Congreso para participar en la cuenta pública del presidente Sebastián Piñera.

Bellolio empezó su carrera política como dirigente estudiantil gremialista en ingeniería comercial de la Universidad Católica, luego estudió un máster en políticas públicas en la Universidad de Chicago, Estados Unidos, y volvió a Chile para integrar la Fundación Jaime Guzmán. Durante varios años fue el jefe de gabinete del actual candidato presidencial José Antonio Kast, quien le cedió en 2014 su puesto en la Cámara de Diputado, donde estuvo por dos períodos hasta que lo llamaron a La Moneda el martes pasado.

En su trabajo parlamentario sorprendió recientemente a su sector apoyando la ley de Identidad Sexual, el matrimonio igualitario e intentando infructuosamente ganarle a Jacqueline van Rysselberghe en la elección por la presidencia de su partido. El nuevo ministro UDI explica su independencia diciendo "desde que estoy en la universidad me echaban tallas de que no calzaba con el prototipo de militante gremialista".

Después del 1 5 de noviembre en que se generó un amplio pacto político para realizar el plebiscito constitucional, Jaime Bellolio anunció que votaría por el apruebo en el plebiscito constitucional, sin embargo, el 17 de julio pasado cambió de opinión y declaró: "Chile no aguanta otro golpe al mentón, por eso en octubre votaré rechazo".

El ex diputado sobresalió en la ceremonia de cambio de mando del martes por la presencia de su esposa que llevaba en brazos a su hijo León de dos meses y medio y caminaba rodeada de sus otros tres hijos por el patio de Los Cañones, "tengo cuatro hijos hombres y soy súper cercano a ellos, me encanta estar con ellos, soy de esos papás que les gusta chacotear, jugar fútbol, andar en bicicleta, me encanta tenerlos cerca. Últimamente bromeaban mucho conmigo porque en los Zoom que hacíamos en el Parlamento siempre aparecía Raimundo (9 años) o Vicente (5)".

-A usted le gusta la familia achoclonada...
-Vine con ellos a La Moneda porque mi familia y mi señora son lo más importante que tengo. Si no fuera por ellos y, particularmente por mi señora, yo no habría podido ser diputado y menos, ministro. Durante los últimos diez años ellos me han acompañado en mi vida política. Era obvio que quisiera estar con ellos en este momento.

-La oposición dice que este es el gabinete del rechazo. ¿Llegó la derecha dura a La Moneda?
-No es así, para nada. Este es el gabinete que trabajará para salir juntos de la pandemia y para lograr la reactivación del país.

-Pero la mayoría de los ministros entrantes votan rechazo.
-El presidente recurrió a personas con trayectoria política como son Andrés Allamand, Mario Desbordes y Víctor Pérez. En mi caso, que no tengo una larga trayectoria política, represento una forma distinta de hacer política dentro de la UDI. La idea es que nos complementemos.

-¿Pueden complementarse Desbordes y Allamand?
-Me gustó mucho la frase que dijo Desbordes "el diputado Desbordes y el senador Allamand tenían muchas diferencias, pero el ministro Desbordes y el ministro Allamand no tienen ninguna".

-¿Por qué usted cambió su voto de apruebo a rechazo?
-Hace pocos días entregué los argumentos que me hicieron cambiar de posición. Eso ahora no importa, hoy mi rol de ministro es trabajar para garantizar que este plebiscito sea muy participativo, seguro y transparente.

-¿Cuál fue la reacción de los diputados opositores a su nombramiento?
-Recibí muchos mensajes cariñosos de opositores a los que les pedí que mantuviéramos buenos puentes de diálogo. Creo que eso es clave en el momento que estamos viviendo. En los próximos meses tenemos siete elecciones y el país podría polarizarse aún más.

-¿Cómo enfrentará ese peligro de polarización?
-No quiero contribuir en un gramo a una mayor polarización de este país. Voy a mantener mis posiciones firmes y con convicción, voy a tener siempre las puertas abiertas para escuchar y dialogan

-¿Usted tiene llegada en la oposición?
-Tengo relación con varios de los opositores porque, a pesar de que yo pueda ser duro en la crítica ideológica, siempre me interesa escuchar su argumentación. Converso mucho con Gabriel Boric, por ejemplo, porque creo que tiene una profunda vocación democrática.

-¿Algunos parlamentarios no tienen esa vocación democrática?
-Algunas acciones y comentarios me hacen dudar de la vocación democrática de algunos parlamentarios. Esto es un problema en la extrema izquierda y también en la extrema derecha.

-¿Cómo es su relación con la bancada del Partido Comunista?
-En un momento se pensó que después de la caída de la Cortina de Hierro (1989) este sería un nuevo PC, más socialdemócrata, pero lamentablemente no ha sido así y son muy parecidos al antiguo PC de la era soviética.

-¿Cómo explica el actual enrarecimiento del ambiente político?
-Personas que les toco vivir la ruptura de la democracia me han contado cómo valoraron el retorno a la democracia. Creo que esa generación cuidó más la democracia que mi generación, que encuentra la democracia como algo dado y, por tanto, no discuten los riesgos que enfrentamos.

-¿Le preocupa el ambiente político actual?
-Me preocupa mucho porque estamos pasando un momento en que las instituciones están frágiles, están siendo cuestionadas. Veo una amenaza que se está aprovechando de estas debilidades y que se expresa a través de las redes sociales y públicamente, poniendo en riesgo la convivencia y la paz esencial. No es un fenómeno solamente chileno, pero es muy preocupante.

-¿Cómo pretende mejorar la baja popularidad del gobierno?
-El presidente me pidió una vocería más política y, por eso, le pregunté si estaba seguro de ponerme en este puesto porque yo marco posición y no soy amarillo.

-¿Pero cómo piensa solucionar el tema de la popularidad?
-Es imposible volver a ganarnos la opinión pública sin reconocer que hemos cometido errores y repararlos. Tenemos que revisar con humildad cómo hacer mejor muchas cosas y asumir los errores cometidos; el país en los próximos 20 meses se juega los próximos 20 años.

"Me cuesta estar amarrado a dogmas"

-Usted formó parte de la Fundación Jaime Guzmán y luego fue jefe de gabinete de José Antonio Kast. ¿Cambió su posición política en estos últimos años?
-Me siento muy orgulloso de cada una de las etapas de mi carrera política, pero me he ido formando mis propias convicciones, leyendo, escuchando. Me cuesta estar amarrado a dogmas. En la universidad me echaban tallas de que no calzaba con el prototipo de militante gremialista porque tenía pensamiento propio.

-¿Cómo son sus relaciones con el ahora candidato presidencial José Antonio Kast?
-Nosotros no conversamos hace mucho tiempo. Cortamos nuestras relaciones porque, lamentablemente, hay algunos grupos alrededor de él que han sido muy dañinos y ofensivos respecto de mis posiciones en temas valóricos y otros temas

-¿Por qué se metió a la UDI si era de "pensamiento propio"?
-Me atrajo el atrevimiento que tenía la UDI con el tema social, de trabajo directo con los campamentos, con las poblaciones, me llamó mucho la atención, especialmente lo que ocurrió en San Bernardo con la UDI popular de Pablo Longueira.

-¿No será complicado tener un vocero con "pensamiento propio"?
-Cuando el Presidente me llamó para asumir este cargo yo le pregunté: "Usted está seguro de nombrarme como vocero, porque yo digo lo que pienso".

-¿Y qué le dijo el Presidente?
-Algo que considero tiene toda la razón: "Mire aquí hay total libertad de expresión y sus planteamientos podemos verlos dentro del comité político, pero, al final, usted es vocero del gobierno y la última palabra la tiene el Presidente". Aquí no voy a tener la misma libertad que tenía como parlamentario y, probablemente, varias veces voy a tener que respirar más profundo y controlarme.

-¿Fue un error hablar de guerra después del 18 de octubre?
-La palabra guerra tiene una connotación muy fuerte, especialmente cuando tienes un estado de emergencia. El propio Presidente después se corrigió y dijo que ese no era el término que quería usar, que no se estaba refiriendo a un conflicto bélico.

-¿Comparte la apreciación de que el gobierno llegó tarde a la pandemia?
-No creo que exista un país que haya llegado temprano, es cosa de ver países en Europa, los Estados Unidos. El gobierno empezó a tomar medidas en enero y eso permitió que no enfrentáramos el dilema de la última cama como ocurrió en otras partes.

-El ex ministro Gonzalo Blumel fue una joven promesa cuando sumió el pasado octubre la cartera de Interior. ¿Teme que a usted le juegue en contra la edad?
-El Presidente nos dijo que esperaba que este gabinete asumiera la tercera y última etapa del gobierno. Puede haber inconvenientes, pero a mí me gustaría terminar el gobierno con el Presidente, aunque hablar de 20 meses en la política actual es como hablar de 20 años.

"Hace dos meses y medio me pusieron protección policial por amenazas"

-Usted contó que la cuarentena lo hizo darse cuenta de que su mujer estaba sola en las tareas de la educación. ¿Qué le pasó?
-Los últimos 90 días estuve en cuarentena estricta porque era el último mes de embarazo y después vino mi hijo recién nacido, tenía que tener mucho cuidado. Fueron casi 90 días en que me di cuenta de lo ausente que había estado de la educación de mis hijos. Mi rutina antes era llevar a mis hijos al colegio en Buin y llegaba en la noche.

-¿No sabía del tema tareas, exámenes, estudio?
-Sabía, pero era una pega que estaba delegada en mi mujer. Cuando empezamos con las clases por Zoom me di cuenta de que tenía una deuda gigantesca por corresponsabilidad. Y a este trabajo con los niños hay que sumarle que mi señora tiene una pastelería en la casa.

-¿Una pastelería?
-Sí, una pastelería que funciona en regla, muy profesionalmente. En mi casa hay pasteles por todas partes, muchos refrigeradores y máquinas. Mi señora es pastelera no porque esté casada con un pastel, es porque hace tortas, dulces, turrones y calugas.

-¿Cuál es la marca de los pasteles y dónde se venden?
- La marca es Tukka.cl y se despachan sólo en la provincia de El Maipo, porque vivimos en Linderos. Es difícil despachar a Santiago.

-¿Piensa mudarse a Santiago con este nuevo trabajo de ministro?
-No, hace ocho años que vivo en Linderos porque esa es la zona de mi circunscripción. Me buscan bien tempranito y estoy llegando antes de las 8 a La Moneda.

-¿Sus hijos lo acompañan en política?
-Mi hijo mayor (Jaime, 11 años) ha estado en todas.

-¿Le gusta?
-Sí y no. El día que asumí subió a Instagram un mensaje impactante que me emocionó hasta las lagrimas.

-¿Qué decía el mensaje?
-El martes vio en las redes que había críticas generalizadas al gabinete, en que también me pegaban a mí, y publicó un mensaje en Instagram que decía básicamente que le afectaba mucho que frente a la diferencia de opiniones sólo emergiera odio, crítica y que eso no estaba bien. Resulta difícil explicarles a los cabros que tengan la coraza que uno ha ido construyendo de a poco para enfrentar la violencia que hay en redes sociales.

-¿Se asustan cuando leen las redes sociales?
-Hace dos meses y medio me pusieron protección policial por amenazas. Eso los afectó mucho y tuve que explicarles por qué había un carabinero en la casa.

-¿Qué tipo de amenazas recibió?
-Del tipo, "sabemos dónde vives, tu dirección, número de teléfonos, el colegio al que van tus hijos y sabemos tus trayectos, para terminar diciendo: "Te vamos a sacar la cresta". Eran personas identificables y otros anónimos que usaron un teléfono no identificado. Todo eso está en la fiscalía.

-¿Cuál fue el motivo de esas amenazas?
-La discusión de la admisibilidad del proyecto que pretendía retirar los fondos de pensiones. Esto fue hace 90 días y, a raíz de esta inadmisibilidad, fue que se dieron cuenta de que tenían que presentar la reforma constitucional para el retiro.

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