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Carlos Pinto entrevistó el 2005 al  imputado por el crimen de Ámbar
La entrevista duró aproximadamente dos horas. En una pequeña sala de la Cárcel de Valparaíso, sólo estaban Carlos Pinto, el camarógrafo del programa "Mea culpa" y Hugo Bustamante. "Él recién llevaba seis meses preso por el crimen de su pareja (Verónica Vásquez) y del hijo de ella (Eugenio Honorato)", recuerda el periodista sobre el día que conversó con el ahora único imputado por el crimen de Ámbar Cornejo, la adolescente de Villa Alemana que fue encontrada muerta en el patio de la casa que Bustamante compartía con Denisse Llanos, su pareja y madre de la niña.

Bustamante, cuya audiencia de control de detención por el caso Ambar se realizó este viernes, mató a su pareja y al hijo de ella el 18 de enero del 2005. Fue condenado por homicidio simple y sentenciado a 27 años de cárcel, pero salió libre el 2016 gracias a un beneficio que concedieron las cortes de apelaciones a 1.612 reos del país.

Pinto cuenta que quiso entrevistarlo para "Mea culpa" (TVN) "por la envergadura de su crimen". Apenas inició los acercamientos le llamó la atención un detalle. "De manera muy express él nos dio la aprobación. Con los antecedentes que teníamos del caso no esperaba encontrarme con un individuo de esas características: muy atrevido para contestar, con muchas ganas de salir, quería verse en televisión", señala.

-¿Se ufanaba de sus delitos?
-Claro. Bustamante tiene poca educación. No obstante, tiene un roce no menor, ya que antes del delito vivió en varios países, en Argentina, Bolivia, Brasil y España, y eso le permite manejar el diálogo con mucha habilidad. Otro detalle importante es que él se anticipaba a mis dudas y preguntas. Recuerdo que en un momento pensé decirle que era un tipo muy frío, como para provocarlo y ver qué me respondía. Pero se adelantó y me dijo "lo que pasa es que yo soy un tipo más frío". A ratos trataba de mostrarse como una víctima. "Yo estoy encerrado como un monstruo, me gustaría tener unas pastillas para alivianar tanta carga, porque todas las noches pienso en esto", me aseguró en otro momento.

-¿No le creyó nunca?
-No. Mira, una característica bien típica de los sicópatas es que son tremendamente manipuladores. Por eso, uno tiene que ir leyendo entre líneas tanto la forma en que habla como lo que dice. Yo le dije "entonces tú serías capaz de repetir lo que hiciste". Su respuesta fue "si las circunstancias que originaron lo que yo provoqué se repiten, es probable". Me impresionó su frialdad. Luego le pregunté"¿te consideras una persona normal?". "Es cuestionable esa respuesta", me contestó. Después filosofó un poco para mostrar que tenía un manejo de las cosas. "En la soledad me cuestiono si existe Dios", me dijo. Si yo entraba en su juego, terminaba exonerándolo.

-¿Él estaba a la defensiva?
-Los gendarmes me habían dicho que tuviera cuidado con Bustamante porque era un tipo jabonoso. Siempre estuve alerta para que no me manipulara. Le hice preguntas mucho más directas de las que acostumbro. He entrevistado a varios criminales y siempre cuando les pregunto si volverían a cometer el crimen responden "cómo se le ocurre, yo estoy rehabilitado". En cambio él contestó"no sé". En otro momento le hablé de la pena de muerte, para provocarlo, y me dijo "yo estaría mucho más tranquilo, descansaría en paz, porque he llorado mucho". Hablaba con mucha seguridad. Recuerdo que ese día penséqué terrible este tipo.

Pinto reconoce que desde que Bustamante apareció mencionado como el principal sospechoso de la desaparición de Ámbar, "he visto varias veces mi entrevista. Si tú analizas las respuestas resulta inconcebible que saliera beneficiado con la libertad condicional (el 2016). También leí el informe que emitió en ese momento Gendarmería sobre su condición mental, donde recomienda que no salga en libertad, informe bien completo y que obviamente no fue considerado. Mira, el primer error fue en el juicio: fue condenado por un crimen simple, cuando debió ser condenado por crimen calificado".

-Cumplió 11 años de los 27 que le dieron.
-Le dieron 12 años por su pareja y 15 años por el niño. El beneficio de la libertad condicional se dio en ese momento para desocupar las cárceles y como él ya llevaba 10 años, que era uno de los tantos requisitos para optar a ese beneficio, lo inscribieron sin que él lo pidiera. Acá hay poca consistencia e indolencia. Piensa que ni siquiera alcanzó a cumplir una de las dos condenas. No entiendo cómo no tomaron en cuenta sus antecedentes.

-¿No le parece bien este beneficio?
-Yo soy proclive a sacar gente de la cárcel para que se rehabilite en su medio, pero siempre que se cumplan ciertas condiciones. Acá hubo un error y se pagó caro con la vida de una niña de 16 años. Era la tercera vez que le daban una oportunidad. Primero fue condenado por robo con intimidación a 10 años de cárcel, a los cinco obtuvo permiso dominical, a los seis quedó libre y como cometió otro robo fue nuevamente a la cárcel por cuatro años más. Después de dos años de cumplir su condena mató a su pareja y al hijo de ella.

-¿Qué le parece que al salir en libertad, el 2016, volviera a Villa Alemana?
-Es un acto temerario. Volvió como diciendo "estoy libre y qué". Como tirando la pachotada. Me acuerdo que en nuestro primer encuentro, porque cuando hago estas entrevistas converso antes con los reos para ver si da señales de querer hablar, se mostró muy tranquilo. Hablamos banalidades, como de fútbol y cosas así, porque jamás gasto las preguntas que me interesa hacer en cámara. Nunca lo vi incómodo. Recuerdo que le pregunté cómo era con sus parejas. "No les doy cariño, me preocupa ser el proveedor", respondió.

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