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Premian a los chilenos de la bolsa que se disuelve en agua
Para innovar y tener éxito en el mercado no siempre hay que inventar la rueda, sino que en ocasiones el palo al gato viene de tomar algo que ya existe y aplicarlo a otro ámbito. Eso fue lo que hicieron los socios de la empresa Solubag, quienes para crear las bolsas de supermercados que se disuelven, tomaron un material que ya existía con otro uso y en otra industria. Ese material es el polivinil alcohol, que se usa en la industria farmacéutica para fabricar las cápsulas de algunos remedios.

La empresa fue premiada esté martes por Imagen de Chile en la categoría Pymes, durante el taller "Construyendo marca en tiempos de pandemia: ¿cómo nos preparamos para la era post Covid-19", organizado por dicha institución (ver recuadro). En el evento también fue premiada, en la categoría empresas, la cooperativa Colun. "Solubag es un ejemplo de talento chileno y a través de su innovación están aportando a la imagen de nuestro país. Ellos encarnan los valores que queremos destacar de la Marca Chile; el origen, emprendimiento, calidad y compromiso con la ciudadanía", señala Constanza Cea, directora ejecutiva de Imagen de Chile.

El truco

La idea de usar el polivinil alcohol de las cápsulas de remedio para fabricar bolsas que se disuelven se les ocurrió a los socios mientras desarrollaban un detergente en base al mismo material.

"El material lo conocíamos hace tiempo, porque habíamos trabajado en la industria del plástico y, justo en ese momento, unos seis años atrás, comenzaron a salir las ordenanzas municipales en Chile y en el mundo que obligaban a eliminar las bolsas plásticas. Entonces dijimos que por qué no usábamos ese material para desarrollar bolsas", cuenta Patricio Cabezas, quien junto a Roberto Astete, Cristian Olivares y Alejandro Castro son socios.

"La tecnología con que se fabricaba era muy cara, y lo que nosotros hicimos fue crear una receta, añadiéndole otros componentes, para que ese material pudiese operar con las máquinas que fabricaban las bolsas de plástico convencionales", agrega Cabezas.

El primer producto que desarrollaron fue una bolsa plástica para supermercado que se disolvía en agua, que tuvo gran éxito. "La estructura material del polivinil alcohol está compuesta de carbono hidrógeno y oxígeno. El hidrógeno y el oxígeno del alcohol se juntan con el hidrógeno y oxígeno del agua y queda sólo el carbono, lo que permite la disolución", explica Cabezas.

A las bolsas de supermercados se le sumaron otras para recoger las deposiciones de los perros, que se pueden echar al inodoro directamente y ahora, con el Covid, mascarillas y bolsas para lavar ropa que se disuelven.

"El problema de las convencionales es que no desaparecen y quedan ahí como fuente de contagio. Las nuestras, en cambio, desaparecen", cuenta Cabezas.

Lo innovador de la solución les valió gran exposición en Chile y en el mundo, con lo que el negocio se expandió rápidamente. Hoy exportan a México, El Salvador, Costa Rica, Panamá, Paraguay, Perú y Argentina. También venden en Europa, donde tienen un centro en República Checa desde el cual exportan al resto del continente, además de estar en China. Actualmente, según cuenta Cabezas, están ad portas de entrar a Estados Unidos.

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