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Pamela Le Roy explica por qué instaló una carpa en su patio
A los 22 años entró a la televisión, a hacer la práctica en "Mekano" donde estuvo dos años para luego estar otros cinco como notera de "C.Q.C.". Después de eso, Pamela Le Roy (39) empezó a hacer radio y su nombre se hizo muy familiar para todos. Hoy no está en la tele ni tampoco está en la radio. Está en su casa, encerrada, como la mayor parte del país, con su marido y sus tres hijos Antonia (6), Lorenza (5) y Víctor (1), que no es poco.

El último trabajo en medios de la periodista fue en la radio El Conquistador. "Con la primera etapa después del estallido social se fue todo a las pailas y nos fuimos con mi programa, donde estaba con Pablo Zúñiga. Nos cortaron", cuenta sin muchos rodeos.

-¿Y a la tele volvería?
-Hoy no, siento que no existe un escenario interesante para mí (...) no hay nada seguro, los canales tienen áreas comerciales débiles y de un minuto a otro te vas para la casa y uno deja ene cosas. Tienes que cortar prenatales y postnatales por la pega y después, te fuiste. Las lealtades no se pagan, es ingrato y no me dan ganas de volver.

-Esta semana empezó a hacer lives por Instagram, eso sí.
-Me puse a hacerlos recién y son entretenidos. Instagram es una buena alternativa y una buena plataforma. Partí con los ex "C.Q.C." Sebastián Eyzaguirre y Gonzalo Feito y nos fue bien, me sentí bien, es entretenido y súper natural, me encantó la onda. Los voy a hacer los lunes y jueves.

-Está también en una empresa de anteojos.
-Eso sigue con todo, llevamos casi dos años. Es una empresa familiar, la armó mi marido y yo trabajo con él en la parte del marketing. Se llama Good Brands (@goodbrands.cl en Instagram). Muchos no teníamos idea que necesitábamos anteojos, hay una enfermedad visual que se ha hecho un poco más presente por las pantallas de la tele y estar tanto rato pegado al computador (...) entonces nos ha ido bien. La tienda está abierta con permiso y en la página te puedes probar los lentes de manera virtual.

-La verdad ¿cómo ha sido la cuarentena con tres niños chicos?
-Al principio creí morir, jajajá, porque yo soy de moverme y estar metida en hartas cosas, entonces este stop total te descoloca. Estar encerrada preocupándote de toda la casa, los niños y todo lo que pasa es un poco caótico, ahora, somos animales de costumbre y finalmente nos empieza a gustar la cosa.

-¿Qué fue lo más duro?
-Estar con todo el mundo en la casa, incluyendo el marido (...) como que también entra a estorbar un poco... en el buen sentido, porque yo también lo estorbo a él. Yo soy maniática del orden y no entendía que todo estuviera tan desordenado, yo tenía una estructura que quería seguir, pero con todos adentro era más difícil.

-¿Cuándo se adecuó?
-Creo que a mediados de abril, me costó un mes. Ahí pensé"esto se viene para largo, hay que adecuarse, ceder, respirar profundo y chao. Pasar por alto el desorden, algunas estructuras de comidas, y empezar a relajarse con los horarios" Me relajé y ese relajo me ha servido para poder sobrellevarlo (...) Por ejemplo, armamos una carpa en el patio y no nos han dado ganas de desarmarla. Mi marido durmió con las niñas ahí una noche y las niñas arman clubes. Ha sido la sensación y no sé si se desarme.

-Adiós a la estructura y el orden.
-En la pieza las niñas tienen un rincón donde ya no pude hacer más aseo, porque tienen armada la casa de las Barbies. Antes se ordenaba, porque había que hacer aseo. Ahora qué le vas a desarmar la casa, ¿para qué?, son felices. En mi casa se acabaron las reglas.

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