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Fernanda Hansen relata cómo superó la pérdida de su bebé
En agosto se cumple un año de un proceso íntimo y duro que vivió Fernanda Hansen (40 años). Dice que recién ahora puede hablarlo. Por eso decidió lanzar el viernes pasado "Mujeres con vida", un live de Instagram (martes y jueves a las 19 horas), junto a su amiga Gabriela Hormaechea, que invita a las mujeres a hablar de temas que, según explica ella, "le damos vueltas y queremos compartir, analizar más en profundidad".

En el caso de Fernanda, ella expresa que "esta necesidad de compartir ciertos temas relacionados a nosotras va ligado a que este año puedo abrirme a conversar, por ejemplo, del primer tema que vamos a tocar que es el duelo perinatal; algo que me tocó vivir y donde el proceso es muy difícil cuando una guagua es muy esperada y deseada".

En marzo del año pasado, Hansen y su marido, el fotógrafo Rodrigo Rozas, supieron que estaban esperando otra guagua que llegaría a acompañar a Amalia, la hija de 4 años que ya tienen. "Era una súper noticia, porque había tenido dos pérdidas antes. No le contamos a nadie hasta que en la ecografía del tercer mes, que es importante, porque se ve cómo viene la guagüita, supimos que venía muy mal".

-¿Qué pasó ahí, Fernanda?
-Supimos que Alma venía enfermita. Que había que seguir con el embarazo, pero no llegaría a vivir. Fue duro y en el segundo semestre (de 3 a 6 meses de gestación), la perdí.

-¿Cómo llevaron esa pérdida?
-No hablé del tema, a uno le cuesta hablar cuando pasan estas cosas, te vas para adentro. Me dieron permiso en la pega para no ir por un rato (radio Imagina en el programa "Avenida 88.1 Después retomé y traté de hacer la vida normal, cuando, de verdad, no estaba todo normal. No me sentía preparada para hablarlo y eso pasa mucho con el duelo perinatal.

-¿Por qué cree que pasa eso?
-Tiene que ver con que se lleva muy en la intimidad un dolor así. También hay una cierta forma de minimizar la ilusión que uno tiene, la ilusión de la llegada de otra hija. Dicen que es común tener pérdidas el primer trimestre, pero aunque tengas semanas ya, desde que te haces el test (de embarazo) empiezas a sentir. Y ahí vienen frases como "la naturaleza es sabia", "mejor que haya sido ahora", cuando al final lo único que uno quiere es que te abracen y te digan, "lo siento". Porque lo que se rompe ahí es la ilusión.

-¿Después siguió intentando otro embarazo?
-Sí, por eso te hablo de la ilusión. En marzo me quise dar otra oportunidad: me hice un in vitro (la fecundación de los ovocitos por los espermatozoides se realiza fuera del cuerpo de la madre) y los cinco óvulos fecundados no estaban bien.

-¿Qué pensó cuando supo esto?
-Me rendí. Dije: No voy a seguir remando contra la corriente . Viene esa certeza y análisis donde además de vivir el duelo por Alma, vivo el duelo de no poder tener más hijos. Que esa es mi realidad. Que tengo que estar agradecida de mi Amalia, que estoy feliz con ella, que es un regalo tenerla.

-¿Cuesta ese cambio de ilusión?
-Sí, me queda proceso por delante para aceptar, pero sí siento que soy una mujer con vida, como se llama el live de Instagram, porque me estoy encontrando con que tengo otros sueños que cumplir para mí, para mi marido y para mi Amalia.

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