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Juan Carlos Carvajal, el médico
El doctor Juan Carlos Carvajal iba a cumplir 65 años el próximo 13 de octubre. Era médico broncopulmonar de la Clínica Santa María, donde atendía tanto a pacientes en consultas como en las unidades de tratamiento intensivo y cuidados intermedios. El jueves 28 de mayo fue hospitalizado en la UTI del mismo centro asistencial por Covid-19 y quedó con ventilación mecánica. Murió el viernes 5 y, tal como había pedido en vida, fue cremado inmediatamente.

"Fue súper rápido todo. Él estaba atendiendo a pacientes con Covid-19, empezó con los síntomas y tuvo que hospitalizarse. Le hicieron todos los tratamientos posibles. Tuvo una leve recuperación el jueves 4, pero el viernes amaneció mal, le dio un derrame cerebral y falleció. Con toda esta situación no pudimos hacerle un funeral. Apenas pase todo su hijo va a traer sus cenizas para que los despidamos con una misa", relata Lidia Carvajal, hermana mayor del doctor —él era el segundo de la familia, después vienen sus hermanas Doris y Patricia- desde Linares, de donde son originarios los Carvajal Flores.

El médico fue despedido en las redes sociales el sábado con un video que compartió el doctor Sebastián Ugarte en su cuenta de Twitter y que muestra cuando su cuerpo es retirado de la clínica entre los aplausos de sus compañeros de trabajo. "El doctor Ugarte era un excelente amigo de mi hermano", ratifica Lidia y agrega que "con el doctor (Jaime) Mañalich fueron compañeros de universidad. Él llamó a mi hermana Patricia para darle las condolencias a toda la familia".

-¿Ustedes hablaban seguido?
-Sí. Juan Carlos era muy buen hermano. Era el médico de cabecera de mi marido que tiene enfisema. Nos mandaba WhatsApp y ahora último nos hacía videollamadas. Nos contaba cómo llegaban los pacientes a la clínica y estaba preocupado. Decía que la gente no tomaba conciencia, especialmente la juventud; y que la situación iba a ir empeorando de a poco. Como familia hemos estado mandando el video de lo que habló Ugarte para que la gente se cuide.

Lidia relata que el doctor Carvajal era casado y tenía dos hijos: Alvaro, que es traumatólogo, y Pablo, sicólogo. "Tenía una sola nieta, Emilia, que era su gran amor. La disfrutó mucho", agrega. Su otra pasión era su trabajo: "Se dedicaba cien por ciento a sus pacientes, estaba pendiente de lunes a lunes. Siempre le gustó la medicina, desde chico quería ser doctor. Era tan inteligente y estudioso que en el colegio —el Instituto Linares- lo adelantaron de curso. Después hizo muchos cursos en el extranjero y también viajaba a dar clases. Yo me quedo tranquila con que fue feliz con su familia y con su profesión".

La enfermera Lilian Miranda trabajó seis años en la Clínica Santa María y le tocó atender a los pacientes hospitalizados del doctor Carvajal. "Tenía muchos conocimientos, era seco profesionalmente, muy asertivo en sus diagnósticos y al mismo tiempo, muy estricto. Si no lo conocías bien podías pensar que era pesado, pero lo hacía porque era muy detallista y perfeccionista. Exigía que se cumplieran los horarios, que los resultados de los exámenes estuvieran cuando él fuera, que se cumplieran todas sus indicaciones. Tenía una personalidad más bien parca, pero cuando estaba más en confianza era muy amable", relata Lilian.

Años después, cuando ya no trabajaba en la clínica, Lilian lo visitó en dos oportunidades como paciente. "Hace dos años me atendió por última vez, mi papá había fallecido recién y le conté que lo habíamos cuidado en la casa, porque no quisimos tomar medidas más extremas. Me dijo que había hecho lo mismo con su mamá, que era una muy buena decisión a nivel humano. Se mostró muy amable. Recuerdo que le comenté que estaba igual. Se rió y me dijo tengo algunas canas, lo único que quiero es que me salgan más porque me encantan las canas. Toda la gente oculta las canas, a mí me encantan", recuerda.

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