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Lulo Socías
No está el señor con el espejito encandilando para captar la atención, no hay correas de distribución colgadas en las vitrinas, no hay huipe con grasa en el piso. Hace casi un mes, en el barrio 10 de Julio todos los locales están cerrados. La cuarentena golpeó fuerte a los numerosos negocios que venden repuestos de automóviles y sus dueños y trabajadores conviven con una extraña mezcla de angustia e incertidumbre.

"A los 68 años cuesta comenzar de cero", dice enfático Jorge "Lulo" Socías, ex jugador e ídolo de la U y entrenador del inolvidable bicampeonato de los azules en 1994-1995. Encerrado en su casa de La Reina por la cuarentena, Socías espera que llegue el día que pueda reabrir su local de repuestos ubicado en el corazón de 10 de Julio. El mismo que ha sido su sustento durante los últimos años alejado del fútbol.

"El negocio se llama repuestos Socimar, vendemos repuestos para autos Chevrolet y amortiguadores para la línea pesada como camiones o buses. Es una sociedad que hemos llevado con mucho esfuerzo durante años, pero que ahora está en una situación muy delicada. Estamos cerrados desde el 27 de marzo y hay muchos cheques que cubrir. El futuro se ve muy negro. No sólo para mí, sino para todo el barrio", afirma Socías sobre el destino de su emprendimiento que antes del coronavirus ya había bajado sus ventas en un cerca de un 60 %. "Nos acogimos a la Ley de Protección del Empleo. Al final esto perjudica a los empleados porque van a consumir su subsidio de cesantía. Pero, por otro lado, sin ingresos no tenemos cómo pagarles", agrega.

-¿Hay alguna esperanza?
-Si esto sigue, muchísimos locales se van a ir a la quiebra y por eso esto es tan dramático. Yo, la verdad, no sé cuánto más aguante el negocio, pero esto se va a ir a la cresta. No tienes cómo mantenerte. Porque más allá de que uno abra, ¿tú crees que la gente va a ir a comprar un repuesto de auto? Todos están en otra y no hay poder adquisitivo para arreglar o enchular el auto. Va a ser lo último que la gente va a pensar después de comer o vestirse.

-¿En qué pie se encuentra?
-De momento, y gracias a que he sido ordenado, he podido capear este mes, pero ya después yo sinceramente no sé que voy hacer. No es mucho lo que me queda, pero no sé cuánto más puedo capean Si sigue esto así, tengo que cerrar la empresa y despedir a mi gente, no puedo seguir y volver a empezar como se dice.

-¿Y tiene ánimo y energía?
-He empezado como treinta veces en mi vida, pero ya a los 68 créame que cuesta. No sé si tengo ganas de comenzar de cero de nuevo. ¿Por dónde empiezo a los 68? ¿Qué puedo crear a los 68 años? ¿Qué historia empiezo a escribir cuando ya tengo 68 años y muchas veces sólo pienso en sumar más días? Ya no tengo la vitalidad, las ganas y la fuerza de hace años. He trabajado durante toda mi vida, tuve una muy buena carrera gracias al fútbol, pero llega un momento en que te miras frente al espejo y te preguntas: ¿será necesario todo esto? Tú que eres más cabro, ¿te haces la misma pregunta?

-Todos los días.
-iY eso que eres más joven! En mi caso, qué uno puede hacer con 68 años y 150 lucas de jubilación. Porque eso es lo que a mí me dan todos los meses. El fútbol me comió diez o quince años de imposiciones porque los equipos se hicieron los lesos, por decirlo de manera elegante, y con suerte pagaban dos meses. Nos pasó a todos los jugadores de la década del setenta que perdimos mucho.

-¿Y cómo piensa seguir?
-Llevo liquidando activos y ya estoy en las últimas. Vendí casi todo lo que tenía porque hay que seguir viviendo. Afortunadamente mis gastos han bajado, porque con 1 50 lucas no llego ni a la esquina. Tengo cuatro hijas profesionales, me gasté un montón de plata en educarlas, pero es la ley de la vida.

-Al menos ya no gasta en cigarros.
-Hace doce años dejé de fumar. Ni yo me la creía cuando dejé de fumar. Ahora estoy con una operación pendiente de la cadera y eso es lo que me preocupa, además del encierro. Por lo menos estoy con mi nieta Ema y aprovecho de regalonear con ella.

-¿Qué piensa hacer?
-He sido muy responsable con el tema económico y nunca me han protestado un documento, pero ahora me están entrando todos los cheques y estoy medio amarrado, porque si bien tengo vales vista de ventas que hice para cubrirlos, tengo que ir a meterme obligatoriamente a la sucursal bancaria del centro y exponerme a esta enfermedad para renovar un poder que se venció.

-¿Y de alguna forma sigue vinculado al fútbol?
-¿Qué fútbol? Nada pues, amigo. Si desde que entraron estos empresarios extranjeros chantas se chacreó todo. Llevan a sus entrenadores para que les pongan a sus jugadores y terminan siendo puros paquetes. Todos van en la parada. Cada vez el fútbol chileno está más malo, no sacan jugadores de abajo, y cuando la generación de oro termine, Chile no tendrá nada.

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