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La verdad sobre la biblioteca de Karen Doggenweiler
Hace poco más de seis meses que Nicolás Copano fue invitado a un capítulo del programa "La divina comida". La convocatoria acabó siendo un catalizador para redecorar su departamento. De eso se hicieron cargo María José Castro, su pareja, y los decoradores Aldo Vega y Rodrigo Jara (@blogdecorador en Instagram).

Fue un cambio rotundo: se hizo un muro-galería que agrupó sus cuadros, se pintaron algunas paredes, se cambió el rack del televisor, se puso una alfombra en el living, llegó un nuevo sillón y la biblioteca dejó de estar organizada por temáticas para pasar a estarlo por color.

"La casa quedó en un estilo maximalista y con este cambio a la biblioteca se le dio otra vida, se volvió más escenográfica", resume Copano, quien recién terminó de leer "El sutil arte de qué te importe un carajo", de Mark Manson, título que le pareció inferior a "Atrévete a no gustar", de los autores Ichiro Kishimi y Fumitake Koga, que leyó el año pasado.

-Usted es de volver a consultar libros, ¿no se le hace difícil encontrarlos?
-Uno se acuerda de la solapa o el color de la portada. Lo entretenido es que uno encuentra cosas que se olvida que tiene, me ha pasado con algún material de consulta.

-Hay editoriales que tienen todos los libros del mismo color.
-Claro, las colecciones en crema de Anagrama, pero no tengo muchos libros de esa editorial. Soy malo para la ficción, me gusta más el género periodístico.

María José Castro, alias Lady Ganga y conductora del podcast "Con la ayuda de mis amikas", top en la lista de reproducción de Spotify, explica que hay un par de trucos para que una biblioteca ordenada por colores quede más bonita: "Por sugerencia de los decoradores fuimos ordenándolos también por tamaño, lo que produce un efecto de ola, como que bajan y suben. Y como teníamos hartos libros blancos, que son todo un bloque, pusimos un par de libros rosados y morados en los bordes para romper con ese esquema".

-María José, ¿quedó conforme con la biblioteca?
-Sí, se ha mantenido desde octubre y creo que se va a quedar así por harto tiempo. El único inconveniente es que cuesta hacer entrar libros nuevos: tengo uno morado y otro amarillo, que ya no me caben por los colores.

Según Alexies Dagnino, doctor en neurociencias e investigador del Laboratorio de Neurobiología del Estrés y del Centro de Neurobiología y Fisiología Integrativa de la Universidad de Valparaíso, hay personas a las que les resulta más conveniente organizar así su biblioteca.

"Hay personas que tienen mejor memoria visual, como hay otras a las que se les hace más fácil recordar cosas relacionadas con el sonido o el olfato. Por eso, si es alguien que retiene mejor las imágenes, le puede resultar más fácil encontrar títulos al ordenarlos así".

-Alexis, ¿cómo ordena sus libros?
-Tengo pocos libros, leo más cosas de PDF. Pero los que me traen más recuerdos, los tengo más visibles y accesibles.

Ahora sí, Karen

De las maneras que hay para ordenar los libros, la de Karen Doggenweiler puede ser la más original: están guardados al revés, con el lomo hacia la pared.

"Llama mucho la atención. Encuentro que es súper decorativo, una pared llena de libros, se ve precioso", declara la animadora.

Cuando Marco Enríquez-Ominami, su marido, regresó a Chile de París, le impactó que nadie le devolviera los libros, así que para esconderlos de lectores rapiña decidió guardarlos al revés.

"Y lo peor es que si les preguntabas cuándo te lo iban a devolver, la gente se ofendía y se enojaba. Pero creo que Marco no quiere que nadie sepa lo que está leyendo. Él los tiene súper clasificados: sabe dónde están los libros de su papá, de cine, de filosofía", cuenta.

-¿Le costó acostumbrarte a este sistema?
-No, para nada. Están por sectores, yo sé que arriba están los de medicina, los que tengo pendientes. Es que en mi casa hay cuatro paredes más con libros (aparte de los de la foto), son varias bibliotecas.

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