-->

Escribe y presiona enter

On
Pata Larraín se lanzó con pyme de mini lentes de lectura
Este jueves al mediodía se lanzó Vive Velvet, una feria organizada por la revista Velvet en el mall Casa Costanera, en Vitacura, y durante la jornada se reunieron cinco figuras en diversos stands. Entre ellas estuvo Patricia Larraín, quien mostró su pyme Easy Readers Chile, donde vende unos lentes con aumento de tamaño mínimo y plegable para portar en el celular. "Tienen ese nombre Easy Readers (lectores fáciles) por la facilidad con la que sacas los anteojos, los guardas y lo cómodo que es andar trayéndolos. El producto viene con todo incluido, la cajita, un trozo de tela plástica para poder pegarlo atrás del celular o donde se quiera. Son chiquitísimos, cómodos, prácticos y no molestan en nada", detalla Patricia.

-Cuénteme algunos usos.
-Para leer. También, por ejemplo, cuando vas a un restaurante sirven para mirar la carta o para leer si vas en el Metro. Me han comentado que algunas personas han pegado el estuche de los lentes en la cocina, cerca de los libros de recetas, o en el velador. Con esto nunca los anteojos se te van a quedar en la casa. La gente que usa lentes para leer me va a entender, que cuando una llega a un lugar se da cuenta que se le quedaron los anteojos de lectura. Una termina revisando toda la cartera o el bolso esperando encontrarlos y nada, y así una compra y compra estos lentes desechables en la farmacia porque es muy desagradable no ver bien de cerca. Yo uso anteojos ópticos para ver bien de lejos porque tengo miopía.

-¿Los lentes vienen en tres tipos?
-Sí, los anteojos son los mismos pero en tres medidas de aumento que son los más usados como 1,50; 2,00 y 2,50. Son de policarbonato, flexibles. Se sacan del estuche, se abren y luego se acomodan en la nariz a la altura que se quiera para que queden firmes y así la persona pueda moverse en cualquier actividad.

Larraín explica que en el sitio easyreaders.cl tiene "envío generalizado para todo Chile" y su precio es de 15.900 pesos por anteojos con su estuche.

Sin receta

Ricardo Agurto, oftalmólogo de la Clínica Alemana, analiza que "estos son lentes de presbicia, una enfermedad que aparece después de los 40 años cuando el músculo de la acomodación (en la vista) se va agotando. Se venden sin receta médica y están hechos de policarbonato, que si se rompe sólo se triza y no forma astillas, así que es más seguro pero dura menos y se raya más fácil. Sus medidas de aumento se llaman dioptrías, que son las más comunes en pacientes que no tienen problemas para ver de lejos, que no usan lentes en otras actividades".

Jimena Schmidt, oftalmóloga de Red de Salud UC Christus, añade: "Son lentes solamente para lectura, que sacan de apuro para una visión cercana en actividades de corta duración, y para gente sin grandes problemas de astigmatismo o hipermetropía. Son anteojos que vienen en graduaciones de aumento más aproximadas que puede ocupar más gente pero en una óptica uno se puede realizar (hacer) lentes con otras medidas más específicas. Los controles oftalmológicos son anuales si una persona ha tenido golpes, uso de corticoides en la zona o diabetes. Si la persona tiene antecedentes familiares de glaucoma y cataratas, debe adelantarse con los chequeos". En el caso de no tener estos precedentes, Schmidt aconseja revisarse con un especialista "cada dos años a partir de los 40 años y una vez al año después de los 60".

1 comentarios:

Click para comentar