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Jueza invitó a miembros de la Aces a presenciar formalización de alumna
Antes de que la magistrada del 70 Juzgado de Garantía, Isabel Correa, iniciara la formalización de Catalina Sepúlveda, quien fue detenida durante los disturbios en el Liceo Darío Salas por la rendición de la PSU de Matemática, el miércoles, la magistrada se tomó diez minutos.

Luego de observar que la mitad de la sala se encontraba vacía y que solo había dos familiares de la muchacha, la jueza se retiró. Fue directo a buscar a los miembros de la ACES, que se encontraban afuera del Centro de Justicia listos para empezar una protesta. La jueza los invitó a que escucharan la audiencia en la sala 801.

Había espacio para doce personas, les dijo, y ese fue el número de estudiantes que subió. Tras reingresar al estrado, les puso una condición: que mantuvieran silencio durante la audiencia, independiente del resultado. Todos se miraron entre sí. La magistrada insistió que depositaba su confianza en ellos para que evitaran gritos y disturbios, porque si no, nunca más podría repetir esta acción. Con esa advertencia, la mayoría aceptó.

Y todo empezó.

Manuel Silva, fiscal subrogante de la Fiscalía Centro Norte, detalló que Sepúlveda, quien cursa tercero medio y tiene 18 años, había sido detenida el miércoles a las 10 de la mañana mientras se enfrentaba con un grupo de fuerzas policiales.

"Los jóvenes interfirieron el tránsito peatonal y lanzaron objetos contundentes a funcionarios policiales", detalló el fiscal. "Ahí observaron a la imputada lanzando una piedra a un funcionario de Carabineros y luego golpeando con su puño un escudo antidisturbios de otro funcionario", agregó.

La defensora Alejandra Mercado respondió que no había flagrancia, que la detención había sido al azar, y que su defendida en ningún momento había lanzado un objeto. La magistrada rechazó la objeción por falta de pruebas y por el registro fotográfico que aseguró tener la fiscalía.

El Ministerio Público solicitó formalizarla por el artículo 268 de la nueva Ley Antisaqueos, por lanzar objetos contundentes a funcionarios. Según el fiscal Silva, la pena asignada a este delito "es de presidio menor en su grado mínimo a medio, es decir, de 61 días a 3 años (aunque) ella tiene irreprochable conducta anterior, por lo tanto esto se deberá analizar durante el proceso".

Durante la audiencia, la defensa presentó una denuncia por maltrato a la estudiante durante su detención. Sepúlveda entregó su testimonio y aseguró tener numerosos moretones en el cuerpo. "Me pegaron con la luma bastantes veces al momento de la detención. Luego me ingresaron al interior del colegio. Pedí que no me apretaran una mano, donde tengo una lesión y mucho dolor", dijo.

La magistrada Correa dejó en libertad a la joven y otorgó un plazo de 60 días de investigación, además de decretar su firma mensual en el Centro de Justicia los primeros cinco días de cada mes. Descartó que la firma fuera en una comisaría debido a la denuncia que la joven realizó en contra de los funcionarios policiales.

Al terminar la audiencia, los amigos, compañeros de la ACES y familiares que acompañaron a Catalina Sepúlveda en la sala en completo silencio, cumpliendo la solicitud de la jueza, la abrazaron entre lágrimas. Salieron del tribunal y se encontraron con otros estudiantes que la esperaban entre gritos y cánticos afuera del Centro de Justicia.

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