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Ítalo Díaz habla de sus hijos Paulo y Nicolás
Italo Díaz pide disculpas por si en algún momento de la conversación no se le entiende bien lo que dice: "Hace unos años tuve un accidente en mi trabajo. Me caí de cuatro metros. Y me preocupé de sanar la pierna, pero no la cabeza, que también sufrió con el golpe. Pasó el tiempo y un día, viendo una entrevista que me hicieron en la tele, noté que no se me entendía lo que hablaba. Fui a una neuróloga y desde ese momento estoy en control permanente. Tengo días buenos y otros no tanto. Pero sé que, a la larga, voy a ir perdiendo ciertas habilidades".

Sea como sea, quien fuera zaguero central de Provincial Osorno, Audax Italiano y Cobreloa, sigue ligado al fútbol. Fue entrenador después de su retiro, pero también lo dejó. Hoy es "el papá que guía a sus hijos", dice. Ellos son Paulo (25) y Nicolás (20), zagueros centrales de River Plate y Palestino; seleccionados ambos, el primero en la adulta y el otro en la Sub 23. "Decidí dejar de ser entrenador cuando a Paulo le empezó a ir tan bien en su carrera", cuenta ítalo, de 48 años.

-¿Era mejor representarlo que seguir una carrera como DT?
-Es que yo no soy el representante de mis hijos. Ellos tienen el suyo. Sí participo con ellos en las conversaciones donde se definen las cosas.

-¿Pero usted gana plata por las transferencias?
-Nada. La plata que ganan mis hijos es para ellos y su futuro. Al estar a su lado, al ser parte de las decisiones que toman disfruto de lo que están viviendo. Con ese me doy por pagado.

-¿En qué decisiones influye?
-En varias. A Paulo, por ejemplo, le dije que no se fuera a préstamo cuando estaba en San Lorenzo. Resulta que cuando llegó Diego Aguirre como DT, le dijo que no lo conocía y que no lo tendría muy en cuenta. Un club, que no era argentino, mandó una petición de préstamo, pero por Pablo Díaz y no por Paulo Díaz. Me indigné y le dije a mi hijo que no se fuera a ese equipo, porque le habían faltado el respeto al no saber ni cómo se llamaba. Paulo se quedó en San Lorenzo, Aguirre lo empezó a conocer y ahí se consagró.

-¿A Nicolás también le dijo que se fuera a México en lugar de Colo Colo?
-No, ahí hubo una equivocación por parte de Colo Colo, no desde lo legal sino que desde la celeridad con la que debió actuar. Es obvio que Nicolás está feliz de llegar a México al club que dirige Pablo Guede, porque él lo subió al primer equipo de Palestino cuando tenía 14 años y por cierto que lo conoce. Pero igual estaba contento con la posibilidad de jugar en Colo Colo. No se dio, pero no por influencia mía.

-Sus hijos juegan de centrales como usted. ¿Imposición suya?
-Jajajá, para nada. De hecho, Paulo jugaba de delantero cuando era chico, pero como no lo ponían mucho, fue retrocediendo. Nico también juega en otros puestos. Los dos son bastante tácticos y polifuncionales.

-¿Cuál de los dos es mejor?
-Yo era mejor que los dos, jajajá.

-Uno debe ser mejor que el otro...
-Es que no son iguales. Paulo es derecho y es de los que la piensa antes de tirarse contra una pared. Pero igual se tira. Nico en cambio, es zurdo y ni la piensa. Se tira de una.

-Con usted en una zaga, pobre del que osara entrar al área...
-Jajajá... Imagínese: yo de líbero, Paulo como stopper por la derecha y Nico de stopper izquierdo. Y si me da más tiempo incluyo a mi nieto Bastián de 9 años, hijo de mi hija Jeniffer que ya juega de central: yo de líbero, Bastián y Nicolás delante mío y Paulo de volante central. Impasables los Díaz. Y eso que no cuento por ahora al pololo de mi hija Catalina, de 1 5 años, que está jugando de central en la U.

-Compare ahora a Paulo y Nicolás como hijos.
-Paulo siempre ha sido más partner mío, pero tanto él como Nico son bien apegados a la mamá. Derechamente los dos son bien mamones, jajajá. No saben hacerse ni una taza de té solos. Y cuando están con la mamá, peor. Ella les sirve y les pone y revuelve el azúcar. Falta que les dé a los dos en la boca.

-Y a usted eso no le gusta...
-No pues, si yo les digo a ellos que deben aprender a hacer sus cosas. Como yo estoy separado y vivo solo, cuando me vienen a ver los hago hacer sus cosas. Les digo que es por su bien, que en la vida hay que aprender a ser autosuficiente, porque nadie sabe qué pasará en el futuro. Pero les cuesta. Paulo vive con su novia en Argentina y cuando ella ha venido a Chile y lo ha dejado solo por unos días, siempre se va a comer a un restaurante. No sabe hacer ni un par de huevos. Y Nico ahora que se va a ir a México en junio ya está complicado de cómo va a vivir allá. Llévate a tu mami, le dije, jajajá.

-¿Ve de titular a Paulo en las eliminatorias?
-De todas maneras. Él ha crecido mucho desde que se fue de Chile. En Colo Colo no explotó porque el Coto Sierra no lo quería. A Paulo lo había pedido Tito Tapia, pero desde ahí todo fue mejor. Incluso su paso por Arabia Saudita le hizo muy bien porque, contrariamente a lo que dicen todos, el torneo de allá es mucho más competitivo que el chileno. Y claro, ahora en River Plate, seguro que su formación será mayor. Paulo tiene todo para ser ya el recambio de la Selección.

-¿Cómo lateral derecho o como central?
-De zaguero central, sin duda. Ahí va a dar la pelea.

-Nicolás está afianzado ahora en la Sub 23. ¿Lo ve a él también en las eliminatorias?
-Totalmente. Lo veo jugando con Paulo.

-Ya se lo imagina.
-Cuando los vea jugar juntos por Chile, ahí mismo me pondré a llorar. "Viendo una entrevista que me hicieron en la tele noté que no se me entendía. Fui a una neuróloga y desde ese momento estoy en control permanente"

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