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Rocio Atencio
En una entrevista que dio a un medio local de La Unión, en la región de Los Ríos, a propósito de una beca que le otorgó el Ministerio de Agricultura gracias a sus buenas calificaciones y que le permitiría estudiar en Nueva Zelanda, Rocío Atencio Salazar, que por entonces cursaba cuarto medio en el Liceo Agrícola de San Javier, contó qué significaba para ella dicha oportunidad:

"Cuando me enteré de la posibilidad de postular, me motive y busqué la forma de empezar a ver cómo gestionar la postulación. Cuando me llamaron, fue una emoción gigante. Nos corrieron las lágrimas. Imagínese: yo seré la primera generación de mi familia que va a estudiar en la educación superior. Soy de Valdivia, pero me vine a La Unión porque me encantan los animales. Pero en Valdivia no hay escuelas agrícolas. Hay una escuela ecológica, pero no es lo mismo. Una amiga me habló de la Escuela Agrícola San Javier y cuando supe que tenían manejo de animales, no lo pensé dos veces. Le dije a mi mamá que tenía que estudiar allí y me apoyó en todo. Y fue esta escuela la que me dio la posibilidad de estudiar a Nueva Zelanda. Estoy ansiosa. Nunca he viajado fuera de Chile".

En marzo de 201 9, Rocío viajó al país oceánico junto a una compañera de curso que también se había ganado la beca. Hasta mediados de julio de aquel año, tomó ramos teóricos en el National Trade Academy, un instituto ubicado en los arrabales de la ciudad de Christchurch. Luego se trasladó a una granja en el estado de Coldstream, donde haría la práctica.

Su hermano Jaime cuenta que aquella granja era todo lo que Rocío había soñado en su vida: campo, naturaleza y animales.

"A mi hermana le fascinaban los animales. Los jueves y viernes compraba comida para perros y recorría las calles de La Unión buscando perros vagos para darles de comer", cuenta. "Su trabajo en la granja era muy tranquilo. Sacaba leche, hacía tareas relacionadas con la inseminación, estaba presente en el proceso de quesos, en la selección de animales para leche y carne, además de preocuparse de la tierra, de las plantas, de todo".

La beca finalizaría en marzo de este año, pero Rocío sabía perfectamente lo que quería hacer: volver a La Unión, trabajar, juntar plata y regresar a Nueva Zelanda. Una tragedia se lo impediría.

Jaime cuenta que según la versión de sus acompañantes, que resultaron con lesiones menores, cerca de la una de la tarde del sábado 4 de enero, Rocío conducía un vehículo por la pista izquierda de la carretera Ealing Rd (el sentido del tránsito en Nueva Zelanda es inverso al nuestro, como en Inglaterra), saliendo de Coldstream. "Iba con la ventana abierta y delante del volante había algunos papeles sueltos. El viento los voló y uno de estos papeles le tapó la visión. Rocío hizo un movimiento brusco, chocó con un poste y después cayó a un barranco. Falleció en el lugar", cuenta su hermano.

Craig Musson, director del National Trade Academy, comentó al Staff, un medio de prensa online neocelandés, que Rocío "era una niña encantadora y una gran estudiante", y que por el momento estaban "enfocados en trabajar estrechamente con la familia y las autoridades chilenas para ayudar hasta donde podamos".

El Liceo Agrícola San Javier, en tanto, posteó en Facebook: "La Comunidad Educativa con mucha pena informa el trágico fallecimiento de nuestra alumna Rocío Atencio Salazar, quién se encontraba en Nueva Zelanda. Rogamos a Dios para que le brinde fuerza y le acompañe en estos momentos a su familia".

Al final de la entrevista que dio en aquel medio de La Unión, a Rocío le preguntaron qué le diría a los jóvenes del colegio donde estudió: "Les diría que se esfuercen. Porque esta no es una oportunidad que llega sola, es algo que se gana por mérito. Y todos tienen la posibilidad de obtener la beca, pero hay que tener la responsabilidad de estudiar".

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