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El extraño caso del vidrio del balcón que apareció roto
Sábado, dos de la tarde. Como todas las semanas, Eduardo López sale a dar un paseo por el barrio Independencia, sector donde vive hace un par de años. Cuando regresó unas horas después a su departamento ya nada volvería a ser lo mismo ¿Qué pasó? Nada grave, sólo que el vidrio templado de su terraza apareció completamente quebrado. "Llamé al comité y al conserje y los dos me dijeron que eso les había pasado a otros vecinos", comenta López, cuyo edificio tiene apenas tres años de construcción. "Se supone que es un vidrio de seguridad. ¿Qué pasa si hay un accidente, o alguien cae en el vidrio y se quiebra? Yo pensé que era un piedrazo o balazo, pero un amigo constructor me dijo que era fatiga de material. Me mandó la normativa y me dijo que la inmobiliaria debería responder", alega el afectado mientras espera las gestiones de la postventa para arreglar el entuerto.

Balcón de vidrio

Aunque históricamente los balcones de los departamentos han sido fabricados con una combinación indeterminada de concreto y rejas, de un tiempo a esta parte el uso de vidrio templado (ver recuadro) ha crecido. ¿Por qué? Varios motivos. Como cuenta Carlos Aguirre, director de la escuela de construcción de la Universidad de Las Américas, "el vidrio es seguro porque al ser templado es inastillable y se rompe como se ve en la foto, como lo vidrios de los autos. Además de eso, y a diferencia de las rejas, disminuye el riesgo de que caigan cosas", dice. ¿Algo más? "El vidrio tiene como ventaja la transparencia, actuando como un elemento decorativo. Pero al tratarse de vidrio templado, reforzado a través de procesos térmicos y químicos, puede ser considerado incluso como un elemento estructural o como disipador del calor", aporta Félix Caicedo, director de ingeniería civil de la Universidad San Sebastián.

¿Qué pasó?

Considerando que Eduardo López no estaba en su domicilio cuando ocurrió el estallido del vidrio, el tema da para especulaciones aunque la ciencia detrás del vidrio reduce las opciones a tres:
Golpe: como cuenta Gonzalo Acevedo, gerente comercial de vidrios Lirquén, "si bien la resistencia del vidrio templado es mucho mayor a la de un vidrio sin este tratamiento, es bastante frágil en el caso que sea golpeado por elementos puntiagudos como la punta de un clavo o casos similares. También es más frágil en sus bordes, al ser impactado en alguna de sus aristas también puede quebrarse como el de la foto", dice.

Temperatura: Carlos Aguirre, de la U. Las Américas, explica que "los edificios se mueven milimétricamente con el calor y el frío. Y cuando ocurre eso y la construcción no tiene la holgura suficiente para permitir ese movimiento, las partes empiezan a dañarse". Este factor no es menor, considerando las olas de calor que han afectado a Chile.

Otros motivos: Acevedo agrega que "los vidrios que se someten al proceso de templado antes de entrar al horno deben ser debidamente pulidos en todos sus bordes. Si alguno de los bordes presenta algún tipo de escalladura o pequeña trizadura, muchas veces invisible, el cristal puede quedar debilitado en esa zona y ante algún esfuerzo de tracción en su uso o manipulación puede causar un quiebre", agrega.

La resistencia de los templados

Aunque la palabra vidrio suena a debilidad, el material usado en balcones está lejos de ser frágil. "El cristal utilizado es un vidrio templado que pasa por un proceso en el cual se le otorga una resistencia mayor. Se le somete a altas temperaturas hasta llegar al punto de ablandamiento, para posteriormente enfriarlo rápidamente con aire frío a presión. De esta manera, un vidrio puedes ser cinco veces más resistente a golpes que un vidrio sin este tratamiento", cuenta Gonzalo Acevedo, gerente comercial de Vidrios Lirquen. Este proceso asegura además que en caso de rotura, "un vidrio templado presenta un quiebre seguro en cientos de pequeños fragmentos que no pueden causar heridas, por lo que es considerado un vidrio de seguridad", agrega.

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