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Matrimonio de médicos venezolanos venderá comida por internet
Hallacas, pan de jamón y pollo relleno cocinarán en su casa y venderán por internet Gustavo Lanz y Arianna Alzolay, un matrimonio de médicos venezolanos que rindió este miércoles el Examen Único Nacional de Conocimientos de Medicina (Eunacom). Los cinco meses que llevan en Chile los dedicaron casi exclusivamente a estudiar. "Ni siquiera quisimos comprar un televisor, para evitar todos los distractores. Veíamos Vikingos en la tablet. Nada más", cuenta él, que es pediatra. Aprovechando que su mujer además tiene título de chef internacional, ahora se dedicarán a la gastronomía, al menos hasta que encuentren un trabajo como médicos, si es que pasan esta prueba. "Creo que salimos bastante bien. Creo haber aprobado con una buena puntuación. Esperemos que así sea", dice parado debajo de un toldo en los estacionamientos de Espacio Riesco, luego de casi cinco horas de Eunacom, incluyendo verificación de identidad, instrucciones y 30 minutos de recreo. Arianna todavía está dentro de uno de los salones, porque no ha terminado. "Siempre he hecho los exámenes muy rápido. Se me hace mucho mejor que quedarme pensando más", cuenta.

Ambos se conocieron en una clínica en Venezuela. Un día a los dos les tocó atender una emergencia y poco a poco se enamoraron. "La vida es mucho mejor ahora juntos", afirma Gustavo, de 39 años. "Es una mujer muy bella. Cuando me ve así de feo, usted dice entonces que la palabra tiene poder", bromea.

De los 5.008 inscritos para rendir el Eunacom este miércoles, 3.212 se titularon como médicos en el extranjero. El mayor número, 1.996, proviene de Venezuela.

Antes de llegar a Chile, Gustavo y Arianna vivieron y ejercieron como médicos en Ecuador. El estallido social no lo amedrenta, pero lo ven en las calles y en las noticias. "Es un poquito difícil. Siempre le pedimos a Dios que interceda y que todo mejore. Venimos huyendo de un país, de la violencia en las calles, y escogimos Chile por ser un país muy bonito, un país que es muy hospitalario, donde uno tiene muchas posibilidades de crecimiento. Ésta ya es nuestra segunda tierra", asegura. En los alrededores del edificio donde viven, en el Barrio Toesca, no ha pasado mucho. "Pero desde los pisos de arriba se ve cuando queman", cuenta.

Arianna sale de uno de los pabellones entre la multitud de postulantes y se da un beso con Gustavo. "Me fue excelente, gracias a dios", asegura. Si todo sale bien, le gustaría trabajar donde fuera, pero tiene un lugar preferido: "Cerca de la playa". Gustavo también tiene sus preferencias: "Me gusta Magallanes". A pesar de ser venezolanos, les gusta el frío. Esa temporada en Quito los acostumbró.

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