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Fiscales relatan pericias para aclarar muerte de joven manifestante en Curicó
En prisión preventiva por seis meses quedó Francisco Fuenzalida Calvo, imputado por el homicidio de José Miguel Uribe, un joven que participaba en manifestaciones la noche del 21 de octubre, en la Ruta 5, en Curicó.

Junto con eso, el ministro público retiró los cargos de homicidio en contra del cabo segundo de Ejército, Juan Reyes Araneda, quien permanecía en prisión preventiva desde el 23 de octubre, luego de comprobar que, a pesar de estar en el lugar de la muerte de Uribe junto con su patrulla militar y efectuar un disparo al aire con su fusil, no participó en el homicidio, como se informó al comienzo. El uniformado quedó en libertad, aunque formalizado por disparo injustificado y su sobreseimiento definitivo se revisará el 3 de febrero de 2020.

Ambas audiencias se realizaron en el Juzgado de Garantía de Curicó, este miércoles.

La confusión entre la responsabilidad del cabo segundo Reyes y Fuenzalida Calvo la aclararon los fiscales Miguel Gajardo y Jaime Rojas, de la Fiscalía del Maule.

La noche del 21 de octubre, según los persecutores, Fuenzalida Calvo se habría movilizado descargando una pistola no inscrita de 9 mm, en contra de algunos manifestantes. Hirió a tres jóvenes: Nicolás Espinoza, Miguel Araya y Ricardo Solís y el hombre se entregó, cedió el arma, pero no mencionó que también había participado en el caso que derivó en la muerte de Uribe.

De hecho, Fuenzalida Calvo está cumpliendo prisión preventiva por homicidio frustrado en el caso de esos tres jóvenes.

Los fiscales dicen que, gracias a los testimonios de Nicolás González y del chofer Cristián Miranda, quienes estaban en la barricada donde murió Uribe, se pudo llegar a Fuenzalida Calvo, quien conducía una camioneta doble cabina roja esa noche.

González les entregó tres videos que grabó a la fiscalía, para que fueran periciados por la policía. Ellos permitieron encontrar a Miranda, quien relató lo que vio y que "también escuché que algunos tiros llegaron a mi vehículo".

El fiscal Jaime Rojas cuenta que los policías extrajeron dos balas desde la camioneta de Miranda, cuyas fotos las exhibió en el tribunal. Agrega que pidió a la PDI que las comparara con los proyectiles que habían herido a Espinoza, Araya y Solís.

"Las balas que se le encontraron al furgón que conducía Cristian Miranda ese día, en horas de la noche, fueron disparadas con el arma de fuego que portaba Fuenzalida Calvo", concluye.

Luego exhibió numerosas imágenes de cámaras de seguridad en que se ve la camioneta roja en distintos lugares de Curicó, a distinta hora, por lo que se pudo reconstruir su recorrido.

Rojas reconoce que no encontraron la bala que mató a Uribe, pero pidió dos informes: la de un perito policial balístico con especialidad en lesionología y un médico criminalista especialista en características de lesiones.

El primero, hecho por el subcomisario Eduardo Soto Valdés, del Laboratorio de Criminalística central, dice que el proyectil "fue disparado desde larga distancia".

En relación al diámetro de la lesión, el informe dice que "no sería posible discriminar" el calibre de la bala (una pistola o un fusil militar), porque "la piel es un tejido elástico que tiende a recuperar su forma cuando sufre una herida".

Agrega que las huellas son típicas de lesiones provocadas por "pistolas, revólver o subametralladora" y que las características de la salida de la bala "no son contestes a las generadas por armas del tipo fusil" que portaba el militar.

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