Johnny Herrera inició la semana pasada un breve período vacacional en el sur. Su
novia, Steffi Scholtbach, fue la encargada de diseñar el itinerario y Frutillar fue el
lugar escogido para descansar juntos en compañía del pequeño Bruno. "Queríamos
estar en un lugar tranquilo y que fuera en Chile. Y a pesar de que Bruno es bastante
inquieto y me cuesta hacerlo dormir, estos días me han dado tranquilidad. Miro el
lago y me relajo", cuenta el ex portero de la U.
El descanso, en todo caso, no durará mucho. La noche de Navidad, como tradición irrenunciable, la pasará en su natal Angol junto a su madre y familiares, luego deberá volver a Santiago para estar el viernes 27 a primera hora entrenando en Viña del Mar en Everton, su nuevo club.
-¿Por qué decidió irse a Everton, Johnny?
-La verdad es que pesó la opinión de mi novia. Ella es de Viña, sus padres viven allá así es que Bruno podrá estar cerca de sus tatas. Además, tenemos un departamento en Reñaca que está armado. O sea, era lo ideal.
-Perfecto, pero no me dijo nada de lo deportivo
-Obvio que eso también pesa. Pero entre muchas otras cosas. Tuve ofertas del extranjero para jugar en un equipo que disputará la Copa Libertadores, cuatro equipos de Chile también me llamaron y tomé la decisión sopesando muchos factores. Además, firmé por un año con posibilidades de renovar por un segundo. Al final del 2020, si Everton o yo nos aburrimos, chao y a otra cosa.
-¿Será su último equipo antes del retiro?
-La verdad es que no he pensado en eso. Me siento con las ganas y las fuerzas para seguir jugando y no he planeado mi retiro aún. Lo único que sé es que el fútbol no me va a retirar. Yo tomaré la decisión.
-¿Usted haría la de Miguel Pinto y ficharía alguna vez por Colo Colo si se diera la oportunidad?
-Jamás. Y no entiendo por qué Miguel lo hizo. El es un año más chico que yo, lo conozco de niño y sé lo que siente por la U. No entiendo su decisión. Puede ser que esté necesitado de dinero, no sé... Yo nunca haría eso, no transo mis principios.
-Usted una vez reconoció que era más anti colocolino que hincha de la U. ¿De dónde nació ese encono suyo?
-Viene de cabro chico y vivía en Angol. Yo tenía como nueve años cuando Colo Colo salió campeón de la Libertadores y muchos de mis amigos se hicieron colocolinos. Eso me cargó. Fue tanto que me rebelé y como la U había estado en Segunda y veía cómo la alentaban, me hice al tiro hincha del archirrival de Colo Colo.
-¿Qué diría usted si su hijo Bruno tuviese ese mismo acto de rebeldía y se hiciera hincha de Colo Colo?
-Eso es imposible. Es de la U. Le encantaba ir al estadio a verme jugar, se sabe los gritos de la barra. Es azul de corazón y su entorno familiar también. Cero posibilidad de que sea colocolino.
-Ya, pero tiene tres años, usted se rebeló a los nueve. Puede darse que un día por ir en su contra suyo, aparezca con la camiseta blanca de Colo Colo.
-Si llegara a pasar eso, lo expulso de la casa de inmediato, jajajá.
-Volvamos a su futuro. ¿Qué se ve haciendo cuando ya no juegue?
-Tengo muchas opciones laborales: estudié Educación Física, puedo ser entrenador, también trabajar en la radio o en la tele, donde ya tuve experiencia este año.
-Vamos por parte. Si fuera entrenador, ¿a quién le gustaría parecerse?
-Sería un mix de varios técnicos que me dirigieron. Tendría la mística del Pelao Acosta, la caballerosidad del Negro Pinto, los valores del profe Vaccia, los conocimientos de Sampaoli. Así se armaría el Johnny DT
-¿Y qué le pondría de su sello?
-La seriedad y el profesionalismo. Es lo que hace falta, porque el medio chileno está lleno de chantas...
-¿Habla de los DT? ¿De los extranjeros? ¿de los chilenos?
-De todos. Chilenos y extranjeros. Entrenadores, gerentes y comentaristas. Hay mucho chanta y en cualquiera de esos ámbitos yo trataría de mejorar el medio.
-Entre los comentaristas hay periodistas, pero también ex jugadores. ¿Logra hacer esa distinción?
-Hay chantas de uno y otro lado. Algunos que no jugaron fútbol y dan cátedra. Y otros que porque jugaron creen que se las saben todas y no tienen idea.
-Nombres, por favor...
-Dante Poli. El tipo siempre me ha criticado, diciendo que le hago mal al camarín. Dijo que a la U le hacía bien que me fuera, que yo era egoísta. ¿Qué sabe él de cómo era yo en el plantel?
-¿Hay algún comentarista bueno al cual usted le gustaría parecerse?
-A mí siempre me gustó don Sergio Livingstone. Ponderado, sobrio, con el carrete de jugador y ex arquero. Me gustaría ser como era él.
El descanso, en todo caso, no durará mucho. La noche de Navidad, como tradición irrenunciable, la pasará en su natal Angol junto a su madre y familiares, luego deberá volver a Santiago para estar el viernes 27 a primera hora entrenando en Viña del Mar en Everton, su nuevo club.
-¿Por qué decidió irse a Everton, Johnny?
-La verdad es que pesó la opinión de mi novia. Ella es de Viña, sus padres viven allá así es que Bruno podrá estar cerca de sus tatas. Además, tenemos un departamento en Reñaca que está armado. O sea, era lo ideal.
-Perfecto, pero no me dijo nada de lo deportivo
-Obvio que eso también pesa. Pero entre muchas otras cosas. Tuve ofertas del extranjero para jugar en un equipo que disputará la Copa Libertadores, cuatro equipos de Chile también me llamaron y tomé la decisión sopesando muchos factores. Además, firmé por un año con posibilidades de renovar por un segundo. Al final del 2020, si Everton o yo nos aburrimos, chao y a otra cosa.
-¿Será su último equipo antes del retiro?
-La verdad es que no he pensado en eso. Me siento con las ganas y las fuerzas para seguir jugando y no he planeado mi retiro aún. Lo único que sé es que el fútbol no me va a retirar. Yo tomaré la decisión.
-¿Usted haría la de Miguel Pinto y ficharía alguna vez por Colo Colo si se diera la oportunidad?
-Jamás. Y no entiendo por qué Miguel lo hizo. El es un año más chico que yo, lo conozco de niño y sé lo que siente por la U. No entiendo su decisión. Puede ser que esté necesitado de dinero, no sé... Yo nunca haría eso, no transo mis principios.
-Usted una vez reconoció que era más anti colocolino que hincha de la U. ¿De dónde nació ese encono suyo?
-Viene de cabro chico y vivía en Angol. Yo tenía como nueve años cuando Colo Colo salió campeón de la Libertadores y muchos de mis amigos se hicieron colocolinos. Eso me cargó. Fue tanto que me rebelé y como la U había estado en Segunda y veía cómo la alentaban, me hice al tiro hincha del archirrival de Colo Colo.
-¿Qué diría usted si su hijo Bruno tuviese ese mismo acto de rebeldía y se hiciera hincha de Colo Colo?
-Eso es imposible. Es de la U. Le encantaba ir al estadio a verme jugar, se sabe los gritos de la barra. Es azul de corazón y su entorno familiar también. Cero posibilidad de que sea colocolino.
-Ya, pero tiene tres años, usted se rebeló a los nueve. Puede darse que un día por ir en su contra suyo, aparezca con la camiseta blanca de Colo Colo.
-Si llegara a pasar eso, lo expulso de la casa de inmediato, jajajá.
-Volvamos a su futuro. ¿Qué se ve haciendo cuando ya no juegue?
-Tengo muchas opciones laborales: estudié Educación Física, puedo ser entrenador, también trabajar en la radio o en la tele, donde ya tuve experiencia este año.
-Vamos por parte. Si fuera entrenador, ¿a quién le gustaría parecerse?
-Sería un mix de varios técnicos que me dirigieron. Tendría la mística del Pelao Acosta, la caballerosidad del Negro Pinto, los valores del profe Vaccia, los conocimientos de Sampaoli. Así se armaría el Johnny DT
-¿Y qué le pondría de su sello?
-La seriedad y el profesionalismo. Es lo que hace falta, porque el medio chileno está lleno de chantas...
-¿Habla de los DT? ¿De los extranjeros? ¿de los chilenos?
-De todos. Chilenos y extranjeros. Entrenadores, gerentes y comentaristas. Hay mucho chanta y en cualquiera de esos ámbitos yo trataría de mejorar el medio.
-Entre los comentaristas hay periodistas, pero también ex jugadores. ¿Logra hacer esa distinción?
-Hay chantas de uno y otro lado. Algunos que no jugaron fútbol y dan cátedra. Y otros que porque jugaron creen que se las saben todas y no tienen idea.
-Nombres, por favor...
-Dante Poli. El tipo siempre me ha criticado, diciendo que le hago mal al camarín. Dijo que a la U le hacía bien que me fuera, que yo era egoísta. ¿Qué sabe él de cómo era yo en el plantel?
-¿Hay algún comentarista bueno al cual usted le gustaría parecerse?
-A mí siempre me gustó don Sergio Livingstone. Ponderado, sobrio, con el carrete de jugador y ex arquero. Me gustaría ser como era él.