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Extracto de nalca y murta combaten heridas causadas por úlceras
Una tendencia mundial es buscar nuevos productos naturales y dar sustento científico a la acción benéfica de plantas cuyos usos traspasan generaciones. Es fue el impulso para Maite Rodríguez (química farmacéutica y académica de la UNAB) y Saddys Rodríguez (química e investigadora del Centro de Investigación de Polímeros Avanzados, CIPA). Ambas complementaron sus conocimientos para iniciar un camino que, tras 8 años, se alista a generar un avance médico para uno de los principales problemas de salud pública: el tratamiento de heridas en la piel a causa de las úlceras por presión. Todo comenzó con el estudio de 5 plantas tradicionales: llantencillo, canelo, espuela de galán, murta y nalca. Tras analizar sus propiedades, seleccionaron las dos últimas por su potencial antibacteriano, antiinflamatorio, antioxidante y cicatrizante.

Ambas especies están presentes de forma masiva en la zona sur: la murta es popularmente conocida por sus frutos, muy cotizados en el rubro gastronómico; la nalca, en tanto, destaca por sus frondosas hojas usadas para tapar el curanto en hoyo. "Estamos generando una alternativa innovadora, ya que ambas tienen un potencial terapéutico muy valioso para abordar una enfermedad que va al alza", comenta Maite Rodríguez.

Sanación natural 

El método de estas científicas -que obtienen las plantas "en crudo" de proveedores sureños- se basa en una matriz polimérica compuesta por almidón y pectina. Ahi las hojas de murta y nalca se someten al proceso de secado y fraccionando sus hojas; luego preparan diferentes extractos de etanol y agua, formando un concentrado en base a fitoquímicos (sustancias con origen vegeta ) y compuestos activos que se incorporan como aditivo para un apósito con actividad farmacológica. O sea, un parche que ayuda a cicatrizar heridas. Las pruebas preclínicas en ratas comprobaron el efecto cicatrizante; más tarde aplicaron el parche a 19 adultos mayores de casas de reposo. "Se demostró que nuestro apósito es seguro y eficaz, ya que redujo los tiempos de curación", acota Maite Rodríguez.

¿Cuál es el plus de esta innovación respecto a los parches actuales?

Los tratamientos con apósitos antibacterianos son limitados, en su mayoría caros y requieren de un periodo de recuperación promedio de 15 días. Con este avance esperamos reducir esos plazos a cerca de la mitad a partir de un producto 100% natural. Pruebas finales Las científicas se adjudicaron financiamiento de Línea 1 y 2 de Corfo durante los primeros años de investigación. A ellos se suma el apoyo científico del Laboratorio Pasteur y académicos de la UNAB y la U. de Concepción, cuyos alumnos ejecutaron trabajos de tesis a partir de este proyecto. Durante el 2° semestre perfeccionarán la formulación y gestionarán un nuevo levantamiento de capital para pruebas clínicas masivas de su invento- que está en proceso de patente- antes de salir al mercado.

Recuperación integral 

"Este tipo de investigación tiene gran valor agregado, ya que el estudio de plantas medicinales de larga data sirve para validar o derribar mitos. Esto mismo hace que los procesos sean de largo aliento, pues implican muchísimas pruebas, un trabajo multidisciplinario y un respaldo económico, que resulta fundamental para presentar un producto médico" , comenta Carlos Areche, químico farmacéutico de la U. Inca Garcilaso de la Vega, Perú, y académico de la U. de Chile.

¿Qué proyección tiene esta terapia alternativa?

Si logran implementarla tendrá éxito, especialmente en la salud pública y sus pacientes objetivos, que es la tercera edad. Los adultos mayores son reacios a recibir compuestos sintéticos: trabajar con extractos de plantas medicinales permite generar un producto no tóxico y con menos efectos colaterales.

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